sobre la décima (y última) serie de los testimonios de victoria ocampo...

miércoles y te escribo desde la caja, porque en cuanto llegue a mi mesa del despacho me tengo que poner a sentar gastos y no me dará tiempo de teclear nada que no sean números...

así pues tecleo, hoy para contarte, que me leí la décima y última serie de los testimonios de victoria ocampo... y después de más de tres años buscando estos testimonios en diversas librerías por internet (he comprado series de estos testimonios en librerías de buenos aires, delaware, santa coloma de queralt, san isidro, sevilla, madrid y esta décima serie en una librería de aquí...) comprenderás que me dio un poco de penilla terminarlos...  

y dice victoria ocampo al principio de esta décima serie: 




al lector

este décimo tomo de testimonios responde, ante todo, a una necesidad de repetir ciertas cosas que no parecen haber sido escuchadas. la esperanza secreta de que me oigan hoy más que ayer es disparatada. no tengo razón valedera para apoyarme en ella. la verdad es que si me detengo a pensarlo en serio, no me hago la menor ilusión al respecto. pero eso de predicar en el desierto es una vocación como cualquier otra.

en una carta del año 1907, después de la lectura de corinne, le escribía yo, adolescente a delfina bunge, entusiasmada con la novela. citaba una nota encontrada en aquella edición del libro: "mme. de staël, al escribir, quiso expresar lo que llevaba dentro mucho más que ejecutar una obra de arte". esto me impresionó, pues en esa frase descubrí lo que yo deseaba hacer. ese sería mi destino literario, si es que llegaba a tener alguno. lucidez, por lo visto, no me faltaba a los 16 años, si bien me faltaban entonces, y después, otras dotes o posibilidades de desarrollar plenamente las que tenía. las mujeres de mi juventud recibían una educación reducida a lo que del sexo femenino se esperaba: que brillara por su ignorancia.

no sé si la nota citada por mí en 1907 se ajusta a la realidad de la obra de mme. de staël. se ajusta a la mía, en gran parte.

abril 1977

 victoria ocampo (testimonios. décima serie)



y es que creo que esta nota al lector resume perfectamente el espíritu de estos testimonios que ha sido un verdadero placer buscar y leer... así pues sólo me queda dar las gracias a victoria ocampo por sus letras, y porque si es cierto lo que dice joyce johnson de que "algunos libros hacen las veces de espejos en los que vislumbrar reflejos de uno mismo", sus testimonios, han sido para mí, uno de esos libros...

y ahora corto y cierro... 


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