sobre el último magnate...

y es martes, y aunque te dije en mi último post que volvería el miércoles pasado, la verdad es que la semana pasada, por mucho que lo intenté, no hubo manera de abrir este editor y dedicarme a mis tecleos inconexos... y aunque esta semana pinta peor que la anterior (sola en el despacho con las cuatro líneas telefónicas, con todos los albaranes que entren, y cerrando el tercer trimestre...), he decidido parar, respirar, abrir este editor, retomar el hilo de mis lecturas y teclear...

así pues tecleo y hoy te cuento que me leí hace unos días el último magnate de francis scott fitzgerald... libro que llevaba tiempo por casa, pero que no me decidía a leer, porque no me di cuenta hasta después de comprarlo, de que el libro no estaba acabado... y es que quieras que no, lo de leerse un libro que el autor no terminó, te deja como a medias... esa sensación conocida como librus interruptus, que inevitablemente hace que te arrepientas cuando el libro se acaba pero no se acaba y tú te quedas con el libro acabado entre las manos, pero sin un final en el que refugiarte (y me vienen a la cabeza en este momento: el grillo del hogar de dickens, féder o el marido adinerado de stendhal y los parentescos de la martín gaite, libros que me dejaron esa sensación de vacío al terminar de leerlos)

(porque no debes olvidar que por otro lado, soy incapaz de dejar un libro a medias, por malo que sea, así pues, esa necesidad de conclusión que experimento con lecturas que no me acaban de acabar (y ahora estoy pensando en algunos bestsellers que mi tía me ha dejado en estos años, en concreto uno sobre un enigma y un cuatro del que sólo puedo recordar que era malo, malo, malo... pero que conseguí terminar pese al sueño que me daba cada vez que lo intentaba), es mayor con libros que me están gustando (como éste del que te estoy hablando), así pues no te costará imaginar el suspiro de decepción que exhalé al terminar este librus interruptus...)




aunque nunca he aparecido en la gran pantalla, me crié en el mundo del cine. rodolfo valentino vino a la fiesta de mi quinto cumpleaños, o al menos eso me contaron. si escribo esto es sólo para constatar que antes incluso de tener uso de razón, ya me hallaba en la posición de entender la maquinaria del negocio.

francis scott fitzgerald (el último magnate)



y así empieza esta novela, en la voz de cecilia brady, hija de un productor de hollywood, que nos contará la historia (o al menos una parte) de monroe stahr, socio de su padre, del que ella está un poquito enamorada... pero él se enamorará de una tal kathleen, que es clavadita a su difunta esposa, la actriz minna davis... y poquito más te puedo contar, ya que la novela se termina cuando apenas acaba de empezar...

qué si me gustó?... la verdad es que sí, quitando la sensación de inconclusión que se me quedó al final, fue un verdadero placer volver a leer a fitzgerald... y ya se me ha ocurrido como quitarme el regusto amargo que la falta de final me ha dejado: en cuanto encuentre por mis estanterías (porque sé que está, pero no sé exactamente donde) el gran gatsby me lo volveré a leer... otra vez...

y ahora corto y cierro... te diría que mañana vuelvo, pero, eso, de momento, no puedo prometerlo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario