sobre absalón, absalón...

jueves (último día de jefecilla) y te escribo desde la caja... y aunque tengo la caja de ayer por hacer y tendría que estar haciendo un par de transferencias, como circunstancias mandan, aprovecho que estoy aquí castigada, para abrir el editor y teclear...

así pues tecleo y hoy te cuento que después de leerme a saramago, después de aquella conversación en la que tú me dijiste que ya nadie leía a saramago, y yo (no recuerdo al hilo de qué) te dije que saramago no era tan complicado de leer como faulkner; me pareció que lo lógico era leerme algo de faulkner... así que saqué del armario absalón, absalón! y me lo leí... claro... 

y aunque admito que faulkner no es fácil de leer, no sé si es que empecé por sus obras más complicadas (estoy pensando en mientras agonizoel ruido y la furia o las palmeras salvajes) y que las últimas que me he leído son más fáciles de leer; o que a fuerza de leerlo, una va cogiendo el ritmo y ciertas claves, y ahora me resulta más fácil (notarás que digo más fácil y no simplemente fácil, porque fácil, fácil, la verdad es que no es de leer...) pero el caso es que durante la lectura de esta novela me he sentido menos perdida que de costumbre...

  


desde las dos, aproximadamente, hasta la puesta del sol, permanecieron sentados, aquella sofocante y pesada tarde de septiembre, en lo que la señorita coldfield seguía llamando «el despacho» por haberlo así llamado su padre: una habitación cálida, oscura, sin ventilación, cuyas ventanas y celosías continuaban cerradas desde hacía cuarenta y tres veranos, porque, allá en su niñez, alguien opinaba que el aire en movimiento y la luz producen calor, mientras que la penumbra resulta siempre más fresca.

william faulkner (absalón, absalón!)



y los que permanecieron sentados desde las dos hasta la puesta del sol, fueron quentin compson (uno de los hermanos del ruido y la furia) y la señorita rosa coldfield, pero lo que la señorita coldfield quiere de quentin no lo sabremos hasta el final... y de esta conversación con la señorita coldfield y de una conversación con su padre, quentin intentará recomponer la historia de thomas sutpen y su familia con la ayuda de su compañero de cuarto en la universidad, shrevlin mccannon... una de esas historias del sur profundo en las que hay pasados oscuros, hijos ilegítimos, incesto, esclavos y mujeres solas que sobreviven a pesar de la guerra que las rodea...

y así, de los detalles de conversaciones y recuerdos, en los que nadie sabe toda la verdad, y a veces incluso se equivoca, iremos conociendo la historia de thomas sutpen y de su mujer ellen (hermana de rosa), la historia de sus hijos henry y judith, y de lo que pasó con charles bon (amigo de henry, prometido de judith), conoceremos también a clyte, y a wash jones y a su nieta milly... además de a charles ettiene de saint velery bon... en yoknapatawpha.. claro...

así que sí... me ha encantado... me ha encantado no entender nada durante páginas y páginas; incluso me ha encantado equivocarme, y entender una cosa para cien páginas más tarde entender otra... porque la verdad verdadera es que ese momento mágico en el que todas las piezas encajan y los detalles que creías que significaban una cosa, va y resultan otra, y todo tiene sentido, merece la pena... 

y antes de cortar y cerrar te voy a copiar otro trocito...




fue enviado a la escuela, donde, dijo, "aprendí muy poco", salvo que la mayoría de las acciones que puede realizar el hombre, sean malas o buenas, obtengan recompensa, alabanzas o reprobación, habían sido realizadas ya y sólo podían aprenderse en los libros.

william faulkner (absalón, absalón!)


corto y cierro... 


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