y es jueves y te escribo desde la caja... y la verdad es que estoy empezando a acostumbrarme a las nuevas rutinas; lo que no quiere decir que me gusten más que antes...
y es jueves y hoy querría terminar ya con el mes de febrero y empezar a sentar marzo... pero eso no podrá ser hasta que llegue a mi mesa del despacho...
así que mientras estoy aquí, abro el editor hoy para contarte que me leí hace unos días los cuentos escogidos de shirley jackson (otro de los libros que encargué en esa librería que está en la esquina de parís con valencia, junto con la hora de la estrella y vita nova, del que te hablaré mañana, si no pasa nada...)
y es que no sé que estaba buscando yo por estos mundos de internet cuando llegué a un artículo que hablaba de la publicación en castellano de estos cuentos escogidos, y de la publicación en su día en the new yorker, del relato la lotería y del revuelo que se organizó (incluyendo cancelación de suscripciones y cartas de todo tipo a la redacción de la revista y a la autora...)
así que la curiosidad pudo más que yo, una vez más, y encargué el libro, si he de ser sincera por leer este relato en concreto que tantas iras e indignación levantó en el momento de su publicación...
la mañana del 27 de junio amaneció clara y soleada. traía el calor reciente de un día de pleno verano; las flores brotaban profusamente y el césped era de un verde intenso. hacia las diez, la gente del pueblo comenzó a reunirse en la plaza, entre la oficina de correos y el banco; en algunas ciudades había tanta gente que la lotería duraba dos días y tenía que iniciarse el 26 de junio, pero en este pueblo, donde solo había unas trescientas personas, la lotería entera duraba menos de dos horas, así que podía empezar a las diez de la mañana y acabar a tiempo para que los lugareños se fueran a comer a casa.
shirley jackson (la lotería)
y así empieza este incómodo relato, del que no diré nada de nada, porque merece ser leído sin tener idea de su argumento... pero además de la lotería, este libro contiene cuentos increibles, como el amante demoníaco, o de como jamie pasó el día de su boda buscando al novio; la bruja, o porque no hay que dejar que los niños hablen con desconocidos en un tren; después de usted, mi querido alphonse, o de como una madre no sabe asumir una metida de pata; charles, y la sorpresa de una madre en la reunión de padres; siete tipos de ambigüedad, o de lo desagradecido (o extrañamente envidioso) que puede llegar a ser un comprador de libros; la muela, o de lo que te puede pasar al ir a sacarte una a la ciudad... y además, tres conferencias y un cuento: experiencia y ficción, en el que la jackson intenta explicar de donde salen las historias; la noche que todos tuvimos gripe, que es una maravilla de cambios de cama y almohadas; biografía de una historia, que incluye algunas de las cartas que los lectores del new yorker tuvieron a bien enviarle para decirle lo que pensaban de su relato más famoso; y notas para un joven escritor, en las que le da a su hija, que quiere ser escritora, consejos sobre como escribir ficción...
así que sí... me ha encantado conocer a shirley jackson, y después de haber leído algunas de las cartas que los lectores le enviaron para quejarse de su relato la lotería, si tuviera que escribirle yo, cosa imposible porque murió hace años, creo que lo único que le diría sería gracias... porque sus relatos son de esos que no lees cómodamente en el sofá; porque sus relatos son de esos que te incomodan, que te hacen contener la respiración, y plantearte preguntas que entiendo que a algunos no les guste hacerse, pero que (y más en los tiempos que corren) necesitamos plantearnos para saber como somos y hacia donde vamos...
una maravilla... y ahora corto y cierro... que aunque no tengo nada que hacer, habrá que disimular, porque digo yo que no es serio que una secretaría como yo esté tecleando alegremente en la caja un jueves por la mañana...