jueves y estoy esperando que venga alquien del banco (esto es atención personalizada y lo demás son tonterías), porque estoy intentando subir una remesa con el nuevo sistema sepa, pero no estoy muy segura... y como son los mismos recibos aquellos de finales de año que me complicaron tanto la vida, y por teléfono el chico del banco y yo no nos aclarábamos, me ha dicho que viene al despacho y así estamos seguros de que no pasa lo que pasó en diciembre... así que mientras espero que llegue la asistencia técnica, he abierto el editor dispuesta una mañana más, a contarte mis tonterías en voz alta...
así que jueves, y hoy te contaré que me leí hace unos días el promontorio del sueño de víctor hugo... libro que me costó encontrar (no sé como supe de su existencia, pero sé que cuando tuve conocimiento de ello, el libro estaba descatalogado, y después de mucho buscar acabé localizándolo en una librería de roma, traducido al castellano... que qué hacía un libro francés traducido al castellano en los fondos de una librería romana?... eso escapa totalmente a mi lógica, pero encontré el libro que buscaba, así que en vez de buscarle la lógica, lo que hice fue pedir que me lo enviasen al despacho... con los portes gratis, por cierto...), y que curiosamente, tras haberlo encontrado, se quedó en el armario de los libros pendientes, más de un año...
en mi defensa diré que poco después de localizar este librito de hugo, encontré también otro libro suyo que contenía tres obras de teatro (ruy blas, los burgraves y torquemada), y ya sabes las manías que tengo: por un lado la de no leer libros de un mismo autor demasiado seguidos, y por otro la de terminarme los libros que empiezo, así que si combinas estas dos manías, entenderás perfectamente que el año pasado, cada vez que me apetecía leer a hugo, acabara cogiendo ese tomito que contenía tres obras de teatro...
pero el caso es que terminé el tomo en cuestión (ya tengo otro, por cierto, con otras tres obras, de las que ya me leí de jovencita dos), y me apetecía hugo (como a veces a una le apetece comida china o nutella, pues hay veces que una no sabe porque, pero le apetece leer determinados autores), y como tenía este promontorio del sueño en el armario, decidí sacarlo de allí, y llevármelo al sofá conmigo...
recuerdo que una noche de verano, hace ya mucho tiempo de esto, en 1834, me dirigía al observatorio. hablo de parís, donde me encontraba entonces. entré. la noche era clara, en aire, puro, el cielo, sereno, la luna, en creciente.
víctor hugo (el promontorio del sueño)
y esa noche clara de 1834, a través de un telescopio del observatorio de parís, hugo verá la luna, y esta obra surgirá de esta visión, años después, mientras hugo estaba en el destierro...
y tomando como título el nombre de una de las colinas de la luna que vio a través del telescopio, hugo nos hablará de esa visión, de como vió iluminarse la luna poco a poco ante sus ojos, de la luna en las distintas culturas, sus nombres y leyendas fruto de la fascinación que siempre ha ejercido sobre nosotros, y por último del promontorio del sueño, como la inspiración, la creación y los deseos...
que me ha encantado... claro... y es que leer a hugo es siempre un placer... aunque si tuviera que ponerle un pero al libro, sería que es demasiado corto... y es que cuando una tiene ganas de leer a víctor hugo, necesita dosis mayores... pero quitando que me quedé con ganas de más, la verdad es que el libro es una maravilla...
y antes de cortar y cerrar, te voy a copiar otro trocito de este libro... porque creo que es verdad, y que es algo que conviene no olvidar...
seamos quienes seamos, somos unos ignorantes. ignorantes de esto, si no de aquello. nos pasamos la vida necesitando revelaciones. a cada instante precisamos de la sacudida de lo real.
víctor hugo (el promontorio del sueño)
corto y cierro...
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