miércoles, con todo lo que tenía que solucionar, solucionado... lo que se ha llevado toda mi mañana... pero he conseguido solucionarlo todo, así que ahora, más relajada, abro el editor y tecleo, antes de ponerme a hacer más cosas...
así que abro el editor, porque hoy quería contarte que me estuve releyendo el estudiante de salamanca de josé de espronceda... que si ayer te confesé que hará más de quince años de mi primera lectura de la hija del capitán, hoy tengo que confesar que hará más de veinte de la primera vez que me leí esta obra...
sus fueros, sus bríos,
sus premáticas, su voluntad.
quijote - parte primera
era más de media noche,
antiguas historias cuentan,
cuando en sueño y en silencio
lóbrego envuelta la tierra,
los vivos muertos parecen,
los muertos la tumba dejan.
era la hora en que acaso
temerosas voces suenan
informes, en que se escuchan
tácitas pisadas huecas,
y pavorosas fantasmas
entre las densas tinieblas
vagan, y aúllan los perros
amedrentados al verlas:
en que tal vez la campana
de alguna arruinada iglesia
da misteriosos sonidos
de maldición y anatema,
que los sábados convoca
a las brujas a su fiesta.
el cielo estaba sombrío,
no vislumbraba una estrella,
silbaba lúgubre el viento,
y allá en el aire, cual negras
fantasmas, se dibujaban
las torres de las iglesias,
y del gótico castillo
las altísimas almenas,
donde canta o reza acaso
temeroso el centinela.
josé de espronceda (el estudiante de salamanca)
y así empieza este poema... principio que de jovencita me aprendí de memoria a fuerza de leerlo... como también me aprendí aquello de...
el ruido
cesó
un hombre
pasó
embozado,
y el sombrero
recatado
a los ojos
se caló.
se desliza
y atraviesa
junto al muro
de una iglesia
y en la sombra
se perdió.
josé de espronceda (el estudiante de salamanca)
y también esos versos que dicen:
hojas del árbol caídas
juguetes del viento son:
las ilusiones perdidas
ay! son hojas desprendidas
del árbol del corazón.
josé de espronceda (el estudiante de salamanca)
y espronceda nos cuenta los amores del estudiante con la inocente y desdichada elvira...
bella y más segura que el azul del cielo
con dulces ojos lánguidos y hermosos,
donde acaso el amor brilló entre el velo
del pudor que los cubre candorosos;
tímida estrella que refleja al suelo
rayos de luz brillantes y dudosos,
ángel puro de amor que amor inspira,
fue la inocente y desdichada elvira.
elvira, amor del estudiante un día,
tierna y feliz y de su amante ufana,
cuando al placer su corazón se abría,
como el rayo del sol rosa temprana;
del fingido amador que la mentía,
la miel falaz que de sus labios mana
bebe en su ardiente sed, el pecho ajeno
de que oculto en la miel hierve el veneno.
josé de espronceda (el estudiante de salamanca)
amores de los que nada te contaré, porque yo no sé de poesía, pero lo que sí sé, es que si en general no es tanto la historia, como la manera de contarla; cuando se trata de una obra en verso, hay que leerla para poder disfrutarla...
pero si te copiaré (y con esto ya paro) parte de la carta que elvira le escribe a su amado ingrato, porque es una verdadera preciosidad...
voy a morir: perdona si mi acento
vuela inoportuno a molestar tu oído:
él es, don félix, el postrer lamento
de la mujer que tanto te ha querido.
la mano helada de la muerte siento...
adiós: ni amor ni compasión te pido...
oye y perdona si al dejar el mundo,
arranca un ay! su angustia al moribundo.
josé de espronceda (el estudiante de salamanca)
una maravilla volver a leer este maravilloso poema, que me ha devuelto, casi sin que me diera cuenta, a aquella yo que descubría la poesía, y que la memorizaba a fuerza de releer una y otra vez... y es que ha sido curioso, como unos versos me traían otros a los labios, después de tantos años...
corto y cierro... mañana, si puedo, vuelvo... aunque no prometo nada, que aquí la cosa se va complicando, y una ya no sabe cuando podrá encontrar un hueco para sus absurdos tecleos...
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