sobre una liturgia común (o confirmar lo que ya sabía...)

miércoles (hoy sí) y te escribo desde el despacho... y aunque debería de estar centrada en la postfacturación, la verdad es que he apartado las facturas para poder escribir mejor, ya que he decidido que es mejor teclear, relajarme y contarte algo, y después, con otro café, ponerme con las facturas que yo misma hice ayer...

así que miércoles y hoy te cuento que en los primeros días de mi vuelta a la realidad, una vez terminado el poemario de la christensen, enfrentada una vez mas a la pregunta de qué libro escoger de entre los pendientes que hay por casa... decidí que en los primeros días de vuelta al horario laboral lo mejor era ir sobre seguro (aún me duraba el trauma de la rubia de la oates) y elegir un libro que me apeteciera mucho, mucho, mucho leerme de una autora que gozase de mi más absoluta confianza...

así que elegí una liturgia común de joan didion... y es que, si bien es cierto que hace poco que conozco a la didion (la conocí a principios de este mismo año) y que sólo he leído otros dos libros suyos (el año del pensamiento mágico y noches azules), la verdad es que esos dos libros han sido tan especiales para mí (aún me pregunto de vez en cuando cómo estará joan, y deseo que esté bien de todo corazón) que la didion es en este momento una de mis autoras favoritas entre las favoritas... 



seré tu testigo.

esta frase traduce I will be her witness, y no aparece en el glosario de las guías de viaje porque no es una frase útil para el viajero prudente.

esto es lo que sucedió: ella abandonó a un hombre, abandonó a otro, viajó de nuevo con el primero, lo dejó morir solo. La «historia» le arrebató una hija y las «complicaciones», otra (en ambos casos me remito a la evaluación de los demás); creyó que sería capaz de librarse de ese peso y vino de turista a boca grande. eso dijo. en realidad, no vino tanto de turista como de transeúnte, pero ella no hacía esas distinciones.

joan didion (una liturgia común)


y así empieza esta novela, y la que habla es grace, antropóloga retirada, viuda y propietaria de mas de la mitad de boca grande (lugar ficticio de latinoamérica que podría ser cualquier parte) por matrimonio, que nos contará con esa visión de antropóloga, y con ese ser de fuera y conocer el lugar en el que se está, la historia de charlotte douglas, otra norteamericana, que nadie sabe porque está en boca grande, ni como ha llegado precisamente allí, ni cuanto tiempo pretende quedarse...

y aunque grace y charlotte no son amigas, y casi todo lo que grace nos contará lo ha ido sabiendo por lo que otros le han podido contar; el caso es que, como dice en la primera línea de la novela (en castellano en el original, por cierto), grace ha decidido ser el testigo de charlotte, e intentar contarnos su historia...

así que sí, ha sido un verdadero placer volver a leer a joan didion, y descubrir que la magia que encontré en el año del pensamiento mágico y en las noches azules, está también en sus novelas... ahora, a seguir buscando libros de ella traducidos al castellano...

corto y cierro...

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