jueves y te escribo desde el despacho... y como a pesar de la hora que
es (pasan de las once de la mañana) yo aún no he empezado con la
postfacturación, creo que no pasará nada si en vez de ponerme con lo que
me tendría que poner, abro el editor y tecleo...
así que tecleo, hoy para contarte que sigo con el primer tomo de la comedia humana de
balzac (y pensando que en breve tendré que comprarme el segundo, que ya
lleva unos meses a la venta) y que hace unos días me leí la bolsa...
hay, para las almas propicias a abrirse, una hora deliciosa que sobreviene en el momento en que la noche no ha llegado todavía y el día ya se fue. el resplandor crepuscular lanza entonces sus tintes suaves o sus reflejos extraños sobre todos los objetos, y favorece un ensueño que se une de un modo vago con los juegos de la luz y de la sombra.
balzac (la bolsa)
y así empieza esta novela corta en la que balzac nos cuenta un amor,
pero un amor desconfiado... un amor que se viene abajo por sospechas y
se hunde al escuchar lo que las malas lenguas cuentan de su amada y de
su futura suegra... es que el pintor protagonista de esta novela no sabe
ver lo que tiene delante, y entender que en los pequeños detalles se
esconden las verdades... y ante un detalle como la desaparación de su
bolsa, encontrará donde agarrarse para dar por terminados sus amores...
pobre, no sabe que todo tiene explicación... por suerte la bolsa lo
explicará todo por sí sola...
una maravilla... y antes de cortar y cerrar, otro trocito de esta
novela, y es que en un momento dado, dice balzac de su protagonista que "su
amor era el mismo del caballero des grieux admirando y purificando a su
amante hasta en el carro que lleva a la prisión a las mujeres perdidas", y es que ya sabes que el manon (como
le pasaba a margarita gautier), es una de mis debilidades... y que no
puedo evitar sonreír cuando mis autores favoritos, citan alguno de mis
libros favoritos...
y ahora corto y cierro...
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