sobre las memorias de simone de beauvoir (una joven formal...)

miércoles y te escribo desde la caja, donde calculo que voy a pasar al menos (si todo va bien) media mañana (si no va todo bien, vamos a tener un problema, porque hoy he quedado con el informático para lo del tres cuarenta y siete, y digo yo que en algún momento tendré que entrar en el despacho a explicarle un par de cosas...).

miércoles y, como habrás deducido por el párrafo anterior, hoy pretendo finiquitar el tres cuarenta y siete y olvidarme de él... pero no era de eso de lo que pretendía hablarte hoy... no... hoy venía a contarte que estuve releyéndome memorias de una joven formal de simone de beauvoir...



nací a las cuatro de la mañana el 9 de enero de 1908, en un cuarto con muebles barnizados de blanco que daba al boulevard raspail. en las fotos de familia tomadas el verano siguiente se ven unas señoras jóvenes con vestidos largos, con sombreros penachados de plumas de avestruz, señores con sombreros de paja y panamás que le sonríen a un bebé, son mis padres, mi abuelo, tíos, tías y soy yo.

simone de beauvoir (memorias de una joven formal)


y así comienza estas memorias la beauvoir...

y es que pretendo leerme sus memorias en cuatro entregas, y me pareció que lo mejor era releer la primera parte antes de ponerme a buscar las otras tres, porque hará mas de quince años que leí este libro por primera vez (creo que ya te dije una vez que la beauvoir fue una de mis lecturas no obligatorias de la universidad), lo que explica porque me leí la primera parte y no las tres siguientes... y es que en aquella época (finales de los años noventa), la yo que yo era, leía lo que encontraba, y encontré estas memorias (y la mujer rota, y la invitada, y cuando predomina lo espiritual, y las cartas a sartre... y el segundo sexo, claro... y alguna que otra más que en este momento no me viene a la cabeza), pero no encontré la continuación de sus memorias...

así que la yo que soy ahora, ha decidido volver a la beauvoir (y es que te reirás, pero leer a la beauvoir siempre me ha hecho sentirme, de alguna manera, especial...), y como mi tendencia al caos se va atenuando con el tiempo, he decidido empezar por el principio...

y te diré que me ha encantado volver a la beauvoir, cuando era una joven formal... me ha encantado esa simone que nos cuenta sus miedos, sus lecturas, su pérdida de fe, y como poco a poco se va convirtiendo en una joven formal... y como cree que se enamora, pero yo creo que no... y la importancia de la amistad en su vida, y las relaciones con sus padres, y como empieza y continua sus estudios... y como conoce a sartre... claro...

una maravilla... aunque imagino que no hará falta que te lo diga... y ahora a buscar las tres partes que me faltan, y que intuyo (no sé porqué) que van a estar descatalogadas...

y antes de cortar y cerrar, me vas a permitir que te copie otra cita... porque aunque hay gente que no lo sabe (o que lo sabe y lo ha olvidado, por culpa de disney y su obsesión por el final feliz al uso...), el final de la sirenita es uno de esos finales sobrecogedores... uno de esos finales que nos hicieron conocer ese vacío del que habla la beauvoir... ese vacío que me miró muchos años después desde sus libros... ese vacío que aunque intento disimularlo, sigue aquí conmigo... 



una noche, sin embargo, el vacío me estremeció. estaba leyendo; al borde del mar una sirena se moría; por el amor de un hermoso príncipe, había renunciado a su alma inmortal, se transformaba en espuma. esa voz que dentro de ella repetía sin tregua: «aquí estoy», se había callado para siempre: me pareció que el universo entero se había hundido en el silencio.

simone de beauvoir (memorias de una joven formal)



y ahora corto y cierro... que ya ha llegado el informático, pero no han llegado los refuerzos, así que voy a ver si haciendo malabares lo resuelvo...

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