martes y te escribo desde el despacho, aunque no sé cuanto tiempo duraré
en mi mesa, ya que me da a mí que en breve me tocará volver a salir a
la caja... y es que ayer pasé allí la mañana... así que la media hora
extra de la tarde no me vino mal del todo (como ves, intento ser
positiva y encontrarle el lado bueno a esta ampliación de horario
sorpresa, que me da a mí que me va a complicar un poquito más la vida).
martes y quedan tres días útiles para cerrar el trimestre, y ni tengo
las intracomunitarias, ni he acabado con los gastos, y todavía me faltan
facturas de proveedores, que no me han llegado... esperaré a mañana,
por darle un margen a correos, y revisaré lo que falte, para ir
reclamando... y es que esto de que esta semana (justo esta semana) tenga
un día menos, lo complica todo...
en fin, que es martes y yo venía a contarte que estuve leyendo ruy blas de víctor hugo...
y hacía años (muchos) que no leía al hugo dramaturgo (desde aquel volumen que contenía hernani y el rey se divierte que
compré de saldo en esa librería que está en la esquina de parís con
valencia, cuando todavía era una estudiante de bellas artes que tenía
que hacer economías con el sueldo que cobraba por mi media jornada para
poder comprar libros baratitos)... y aunque admito que prefiero al hugo
novelista que al hugo dramaturgo o al hugo poeta (e incluso admito que
prefiero aún más al hugo de los novelones que al de las novelas), te
diré que me ha gustado volver a encontrarme el teatro de este caballero
(y es que hugo es hugo ya sea en los miserables, en la leyenda de los siglos o en este ruy blas, que además de entretenerme, me hizo sufrir, disfrutar y pensar...).
una obra de teatro en la que hugo nos hace participes de sus intenciones
en un prólogo que es una maravilla, cuando nos explica que espera cada
tipo de personas que va al teatro y como él intenta satisfacerlos a
todos... y como te decía, en la obra (que sucede en españa durante el
reinado del último de los austrias), hugo incluye todo lo que según él
espera el público: acción, pasión, y personajes interesantes...
y tenemos lo que serían dos prototipos de nobles que encarnan lo que la
nobleza hace, cuando la monarquía entra en decadencia: por un lado don
salustio (malo, malo, malo) que es el tipo de noble que intenta sacar
todo el partido posible de la situación comprometida y que además es muy
vengativo, y bastante rencoroso (porque no decirlo); por otro lado
tenemos a don césar, el noble arruinado pero que mantiene su nobleza,
una nobleza que está más allá de la fortuna y que la fortuna no tiene
porque dar... y además, está ruy blas, claro, que representa al pueblo,
pero es ascendido a noble, por uno de esos juegos de equivocos que tan
bien funcionan en el teatro... y el personaje de la reina (pobreta
meua)...
nada más contaré... pero sí que te diré que sufrí, sobre todo cuando la
cosa empieza a complicarse al final y por una de esas casualidades que
tan bien funcionan en el teatro, los planes malvados empiezan a encajar,
pese a los esfuerzos de ruy blas por hacer que no encajen...
una maravilla (pero cuando no lo es leer a hugo?) de la que me vas a
permitir que te copie un pedacito de lo que ruy blas le confiesa a don
césar (aunque él lo llame de otra manera)...
ruy blas - inventa, imagina, finge. hurga en tu espíritu. busca en él algo extraño, insensato, horrible e inaudito. una fatalidad deslumbradora! sí, compón un terrible veneno, abre un abismo más negro que el crimen, y aún no te aproximarás a mi secreto. no lo adivinas? ay, quién lo adivinaría! hunde la vista, zafari, en el precipicio al que me arrastra mi destino! estoy enamorado de la reina!
víctor hugo (ruy blas)
y ahora corto y cierro...
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