sobre noche de edna o'brien...

jueves y te escribo desde el despacho... con la misma migraña que tenía ayer, pero que en vez de perder fuerza se ha agudizado un poco, con mucho sueño, y con demasiadas cosas que hacer como para saber por donde empezar... además admito que la migraña no me deja pensar con demasiada claridad; así que respiro hondo, intento relativizar y decido teclear una mañana más...

jueves, y tirando de mi particular hilo de ariadna, te contaré que después del libro de ana blandiana, estuve leyendo una novela corta: noche de edna o’brien... novela que compré por internet de segunda mano, al día siguiente de terminar las chicas de campo...  



un hermoso día en la mitad de la noche dos muertos se levantaron y empezaron a luchar, dos ciegos los miraron con fijeza, dos cojos echaron a correr en busca de un sacerdote y dos mudos se pusieron a gritar aprisa! así es como es. el mundo al revés.

edna o’brien (noche)


y así empieza esta novela corta... un monólogo (en la contraportada del libro lo comparan con el de molly bloom...) en el que mary hooligan, en una noche de insomnio, va rememorando su vida, sus dolores, sus errores, sus amores, sus deseos (satisfechos o no) y sus miedos; exactamente como debería ser un monólogo así: con discontinuidad, con recuerdos a medias, con saltos en el tiempo, con cosas que no se acaban ni de pensar hasta el final, porque los pensamientos y los recuerdos son caprichosos, y una cosa lleva a otra, y a veces se vuelve sobre el mismo tema, sobre el mismo momento concreto, pero revisado una vez más... con más preguntas que respuestas, porque en realidad, en general, tenemos más preguntas de las que podemos contestar...

"sin embargo, había momentos vacíos, momentos en los que uno se preguntaba qué estoy haciendo aquí?, o en qué estará pensando mi amor?"... y no son pocos los amores de mary, aunque no sé si a algunos de ellos se les puede llamar amores... porque la o’brien nos habla de un tipo de amor del que no se suele hablar en los libros; y a su mary hooligan, sola en su habitación no le importa contarnos las cosas mas íntimas (en ocasiones, tristes, en ocasiones, incluso tragicómicas), que le han ido ocurriendo a lo largo de su vida...

una noche de insomnio en la que seremos nosotros los que iremos juntando las piezas que ella nos vaya dando, para intentar entender a esta mujer, que no se justifica, que no se analiza, sino que se limita a recordar su vida, dejando que los recuerdos acudan a ella de manera caprichosa, porque al fin y al cabo es así como nos asaltan los recuerdos en las noches de insomnio...

que me ha encantado... 

corto y cierro...

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