martes y te escribo desde el despacho...
y admito que llevo un rato rebuscándome las palabras porque contarte
como he vuelto a recobrar el tiempo, no es fácil... y no sé como voy a
hacerlo...
y es que terminé hace unos días de releer en busca del tiempo perdido de proust... un año después de retomar ese camino de swann, que sabía que inevitablemente me llevaría a este tiempo recobrado,
que es el séptimo tomo de esta busqueda de proust, que si ya me encantó
hace diez años, cuando la leí por primera vez, esta segunda vez me ha
dado algo más que la primera...
una imagen ofrecida por la vida que nos traiga en realidad, en ese momento, sensaciones múltiples y diferentes. por ejemplo, la vista de la cubierta de un libro ya leído ha tejido en los caracteres de su título los rayos de luna de una lejana noche de verano. el gusto del café con leche matinal nos trae esa vaga esperanza de un buen tiempo que tantas veces nos sonriera antaño, en la clara incertidumbre del amanecer, mientras lo tomábamos en un tazón de porcelana blanca, cremosa y plisada que parecía leche endurecida, cuando el día estaba aún intacto y entero. una hora no es sólo una hora, es un vaso lleno de perfumes, de sonidos, de proyectos y de climas.
marcel proust (el tiempo recobrado)
creo que ya lo conté una vez, pero la primera vez que leí esta obra
impresionante, no llegué a entenderla del todo, hasta este séptimo
tomo... me gustó pasear por el camino de swann, y conocer a las muchachas en flor; me estanqué en el mundo de guermantes y en sódoma y gomorra; retomé el ritmo con la prisionera y la fugitiva (albertine disparue);
pero no fue hasta el séptimo tomo, hasta ese momento mágico en la
biblioteca de los guermantes, en la antesala de esa fiesta que nos
cuenta como pasa el tiempo, y lo más importante: la manera de
recuperarlo; cuando comprendí la grandeza real de lo que llevaba varios
años leyendo... no fue hasta ese momento (pese a las famosas magdalenas
que ya aparecen en el camino de swann), cuando de verdad entendí lo que
me había estado contando proust, y hacia donde quería llevarme...
por eso sabía, desde el mismo momento en que cerré el libro hará casi
diez años (la madrugada de una noche de fin de año), que volvería a
buscar ese tiempo perdido, con el único fin de recobrarlo... porque sólo
había entendido lo que proust me estaba contando al final del séptimo
tomo, y por eso tenía que volver a buscar ese tiempo, ahora ya sabiendo,
lo que en realidad proust estaba haciendo... y, además, disfrutando del
paisaje, porque si algo bueno tienen las relecturas (lo he dicho ya
demasiadas veces, pero me vas a permitir que lo repita) es que como ya
sabes a donde vas, puedes fijarte en los detalles... y si algo tiene en busca del tiempo perdido, en su conjunto, son detalles...
y dice proust que "gracias al
arte, en vez de ver un solo mundo, el nuestro, lo vemos multiplicarse, y
tenemos a nuestra disposición tantos mundos como artistas originales
hay"... y yo añado, que gracias a proust, tenemos varios mundos más de los que disfrutar...
y sé que volveré a buscar el tiempo perdido, una vez más... quizás
dentro de otros diez años... quizás antes... porque hay libros a los que
no podemos dejar de volver... libros de los que para salir (y después
de un año buscando el tiempo perdido, no ha sido nada fácil salir de
entre sus páginas... y me he vuelto a sorprender a mí misma, bajando el
ritmo... leyendo más despacio... intentando alargar la inevitable
despedida), tenemos que prometernos volver a ellos...
en realidad, cada lector es, cuando lee, el propio lector de sí mismo. la obra del escritor no es más que una especie de instrumento óptico que ofrece al lector para permitirle discernir lo que, sin ese libro, no hubiera podido ver en sí mismo.
marcel proust (el tiempo recobrado)
y si eso es cierto, no puedo menos que darle a proust las gracias por esa especie de instrumento óptico,
porque me ha devuelto la manera de recobrar el tiempo... y me ha
recordado cosas que últimamente se me habían olvidado de mí misma... y
que intentaré no olvidar...
por suerte, si las olvido; si olvido como recobrar ese tiempo perdido,
sé que podré volver a buscarlo, una vez más, y recobrarlo al final...
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