martes y te escribo desde el despacho... y he sobrevivido al lunes y a
la mañana de hoy de postfacturación... y aunque por las tardes no suelo
escribir (no me preguntes porqué, que no lo sé...), aprovecho que acabo
de terminar con la facturación de ayer, y antes de ponerme con los
albaranes que han entrado mientras yo andaba liada con mis cosas, decido
relajarme y teclear...
así que tecleo y hoy te contaré que este mes he empezado una antología: cuando se abrió la puerta. cuentos de la nueva mujer (1882-1914),
editada por alba, y que, como su título indica, incluye cuentos de y
sobre la nueva mujer que apareció entre los siglos diecinueve y
veinte...
y ésta, a diferencia de las dos antologías anteriores de las que ya te
conté, además de cuentos de mujeres, contiene además cuentos de
hombres...
y como ya sabes que tengo mil manías, esta antología pretendo que me
dure todo el mes de septiembre, y para que eso sea posible, me la tengo
que racionar... así que la voy leyendo poco a poco...
y hoy te hablaré de los primeros relatos que me leí...
como el de la calle del jacinto de constance fenimore woolson... en el que nos cuenta que la calle del jacinto "era
una calle de roma: estrecha, sinuosa y no excesivamente limpia. dos
vehículos que se encontraran de frente sólo habrían podido pasar
rozándose a cada lado con las puertas y ventanas, tras los habituales
chasquido de látigo y gritos vehementes que los dos o tres primeros días
permitían al recién llegado hacerse la ilusión de que circulaba a
peligrosa velocidad por la ciudad santa. pero no era frecuente que se cruzaran dos vehículos en la calle del jacinto"... donde vive una de esas nuevas mujeres, que convencida de su talento, no se dará cuenta de los sentimientos que provoca...
o como elinor de
charlotte mew... relato que dicen que pudo inspirarse en emily brontë y
en el que una niña huérfana nos contará la triste historia de su
hermana... que escribía cosas como esta: "el
ser humano se forja su destino -decían las letras que escribió-. ningún
dios vigila su obra. sólo él acepta su esclavitud o libera su espíritu.
su único enemigo es la debilidad y su peor fracaso, el miedo. atan el
alma humana curiosas cadenas: son de muchos tipos, delicadamente
fraguadas, y a veces invisibles, hasta que hacen daño: la más cruel, el
orgullo; la más sutil, el sufrimiento; y la más temible, la que acaricia
mientras estrangula, la que los hombres llaman amor", en un paisaje muy parecido al de cumbres borrascosas...
o como la tragedia de una musa de
edith wharton, en la que la wharton nos contará la verdadera historia
que hay tras la leyenda de la señora anerton y su poeta... la señora
anerton que "es como uno de esos viejos grabados en los que las líneas sustituyen al color"...
y también la mujer del sacerdote budista de olive schreiner (que ya leí en fin de siécle) y el empapelado amarillo de charlotte perkins gilman (que leí en la antología entre horas)
y también la mujer del sacerdote budista de olive schreiner (que ya leí en fin de siécle) y el empapelado amarillo de charlotte perkins gilman (que leí en la antología entre horas)
cinco cuentos (o relatos, depende de con quien hables) de los que sería
incapaz de elegir uno... porque me encantó la historia de la calle del jacinto, y su final inesperado; y me encantó la triste historia de elinor y su final desgarrador; y la tragedia de una musa y el secreto que revela; y la mujer del sacerdote budista, que ya sabes como termina al empezar; y el empapelado amarillo, cuyo final me volvió a parecer espectacular...
una maravilla de antología, de la que, como habrás deducido por el título, te iré contando más cosas...
y ahora corto y cierro, que tengo que darle un recado a la jefa...
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