martes y, sí, te escribo desde la caja... aunque hoy he conseguido dejar
aquí a nonó una media horita y meterme en el despacho a hacer cosas de
despacho... a ver si esta tarde puedo volver a entrar otra media horita
más, y así, a base de medias horas voy cerrando el dichoso trimestre y
adelantando cosas que desde la caja no puedo adelantar...
martes y, como ves, conseguí sobrevivir al lunes, pese al error garrafal
que aún me hace sentirme culpable cada vez que lo recuerdo y a que la
migraña sigue aquí (y vamos por el sexto día consecutivo...), y te diré
que hoy estoy mucho más tranquila (no sé si porque la migraña me tiene
tan agotada que todo me da mas o menos igual, o porque siguiendo las
indicaciones de mi médico de cabecera he doblado la dosis de
tranquimazin esta mañana...)
martes y yo hoy venía a contarte que estuve leyendo a tomas tranströmer
(ves que bien he aprendido a escribir este nombre impronunciable!), en
una antología de la visor titulada: bálticos y otros poemas...
y como ya sabes que prefiero copiar poemas que hablar de ellos, aquí te
dejo uno de los poemas que componen esta antología... de la serie
schubertiana...
schubertiana
VI
tenemos que confiar en tantas cosas para poder vivir nuestro día diario sin hundirnos en la tierra!
confiar en las masas de nieve que se agarran a la pendiente de la montaña que hay encima del pueblo.
confiar en las promesas de silencio y en la sonrisa del consenso, confiar en que el telegrama fatal no nos ataña a nosotros y que no llegue a descargar el repentino hachazo desde dentro.
confiar en los ejes de las ruedas que nos llevan por las autopistas en medio del enjambre de abejas de acero trescientas veces ampliado.
pero en realidad nada de eso merece nuestra confianza.
los cinco instrumentos de cuerda dicen que podemos confiar en otra cosa.
en qué? en otra cosa y nos acompañan un trecho en el camino hacia allí.
como cuando se apaga la luz en la escalera y la mano sigue -con confianza- el ciego pasamanos que encuentra el camino en la oscuridad.
tomas tranströmer (bálticos y otros poemas)
y es que como dice tranströmer: "tenemos que confiar en tantas cosas para poder vivir nuestro día diario sin hundirnos en la tierra"... que inevitablemente sigo intentando encontrar ese camino en la oscuridad...
una maravilla volver a leer a este caballero que ganó hace poco el nobel
y que (te reirás) pero me gusta porque (de alguna manera que no sé
explicar) me recuerda a mi adorada wislawa szymborska...
y ahora corto y cierro, que esto empieza a animarse y las interrupciones se multiplican de manera escandalosa...
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