sobre el fragor del día...

viernes (por fin!) y te escribo desde el despacho... con la caja por hacer; los talones que hice ayer (sí, al final me acordé), firmados y esperando que los meta en sobres; el mail abierto y entregado a quien correspondía en cada caso (hoy había mails para todos); y me he dormido y he llegado tarde al despacho (y de hecho creo que sigo medio dormida, aunque esté aquí escribiendo y conteste de manera mecánica al teléfono)


viernes y yo hoy venía a contarte que estuve leyendo el fragor del día de elizabeth bowen (autora a la que conocí gracias a ti y a un regalo de reyes... y a la que desde entonces no he dejado de leer, gracias a que la editorial impedimenta, después de la muerte del corazón, ha seguido traduciendo sus novelas, y ha publicado el último septiembre y este fragor del día, que te digo desde ya que es una maravilla...)



aquel domingo, desde las seis de la tarde, había estado tocando una orquesta vienesa. ya no era tiempo para conciertos al aire libre; las hojas caídas de los árboles revoloteaban sobre el escenario tapizado de hierba: aquí y allá se revolvía alguna, crujiendo como cuando se están secando, y mientras estuvo sonando la música cayeron varias más.

elizabeth bowen (el fragor del día)


y así es como la bowen empieza a contarnos esta historia, de la que si he de ser sincera, lo que más me ha gustado es no saber si las cosas fueron como creemos... los interrogantes que nos deja... como por ejemplo si la esposa del caballero que muere cuando va a visitarla, está loca de verdad o solo finge para no tener que volver a casa... si la noche en la que robert salió por el tejado había en realidad alguien bajo esperando... si el hijo de stella acabó viviendo en la mansión heredada... si harrison era quien decía ser en realidad o todo era una mentira un poco extraña... si stella no se hubiera arrepentido de la decisión tomada días después... si la madre y la hermana de robert vendieron la casa que llevaba a la venta tantísimos años y que por fin encontró un comprador... y que fue de la chiquilla que no tuvo que confesarle a su marido lo que había pasado...

un londres bombardeado en que los pocos que quedan establecen relaciones que probablemente en otro momento, sin las bombas y el miedo, no habría tenido lugar... una atmosfera de irrealidad, en la que las casualidades crean vínculos que un malentendido puede romper... un momento en el que las palabras de una supuesta loca le pueden contar a un hijo una historia muy distinta de la que le contaron del divorcio de sus padres...

pero lo genial, es que la bowen te da los hechos pero no las soluciones... puede que te las esboce... que insinúe los posibles porqués... pero te deja a ti la posibilidad de creer lo que quieras, o lo que puedas creer... no sé si me estoy explicando bien...

que me ha encantado... 


y ahora corto y cierro... que digo yo que algo tendré que ir haciendo...

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