sobre versiones (o el cuarteto de jean rhys...)

martes y te escribo desde el despacho... con la caja hecha (pero con las facturas y los listados pendientes de ser guardados), con el correo abierto, impreso o borrado, dependiendo del caso (pero esperando en la impresora a que lo entregue a quien corresponda) y con la misma migraña de ayer (que aquí sigue) pero más moderada, y que quizás es la causante de que empiece y no acabe con mis rutinas diarias...


martes y podría contarte que además de la caja y el mail, he pedido un rma, he buscado un mail por esos mundos de internet, y que ya ni sé la de llamadas que llevo contestadas en lo que va de mañana... pero en vez de eso mejor te cuento lo que he venido a contarte, y es que hace unos días (o puede que un par de semanas) estuve leyendo cuarteto, la que dicen que fue la respuesta de jean rhys a aquel buen soldado de ford madox ford del que te hable hace poco, y que leí precisamente en vista a leerme este libro de la rhys (que ya sabes que es una de mis autoras favoritas...)






eran alrededor de las cinco y media de una tarde de octubre cuando marya zelli salió del café lavenue, un lugar elegante y relativamente caro del boulevard de montparnasse. estuvo allí casi una hora y media, y entretanto se tomó dos tazas de café solo, se fumó seis cigarrillos caporal y leyó el candide de esa semana.

jean rhys (cuarteto)





y así es como jean rhys empieza a contarnos esta historia... la historia de marya (o quizás su propia historia), una joven que se queda sola en parís cuando detienen a su marido y descubre que no tiene a quien acudir... y entonces conoce a un matrimonio inglés que le ofrece ayuda... claro que quizás esa ayuda no es desinteresada, y llevándose a marya a vivir con ellos, la harán participar en un juego del que marya desconoce las reglas y las posibles consecuencias...






el amor tenía la culpa, entre otras cosas. si es que eso era amor, ese anhelo constante y doloroso, esa herida que sangraba despacio y sin tregua. y la esperanza devoradora. y el miedo. eso era lo peor de todo. el miedo... a que le arrebatasen lo poco que tenía.

jean rhys (cuarteto)





una maravilla... claro que cuándo no lo es leer a esta mujer que de alguna manera siempre que la leo consigue descubrirme partes de mí misma que quizás intuía, pero que no era consciente de tener?...


y sé que te estás preguntando cual de las dos versiones de esta historia me creo más (claro que también sé que me conoces lo suficiente como para saber que ante la duda la voy a creer a ella; no sé si por conciencia de género o porque la conozco más años que a él... pero el caso es que a parte de esos detalles, me la creo más, quizás porque con su historia no intenta justificarse... y porque, aunque sé que las dos versiones no dejan de ser dos novelas, en las que se esconde parte de lo que pasó en realidad y se añaden detalles que no ocurrieron, en pos del arte... la verdad es que su versión me la creo más... aunque también es cierto que desde el principio estaba dispuesta a ello...)


que me ha encantado esta novela de jean rhys... aunque como siempre, ha sido complicado salir de ella indemne...





y ahora corto y cierro... que tendré que ir guardando las facturas y los listados y tendré que ir repartiendo el correo que ha entrado en lo que va de mañana...





pd. nada diré de la tristeza que he sentido estos días viendo en el telediario esas calles comerciales de las distintas ciudades de nuestra geografía llenas de gente comprando sus regalos de navidad aprovechando el puente... esas personas que aprovechando que ellas tienen unos días de fiesta que están convencidos de merecer, van a comprar donde otras personas que merecen las fiestas tanto como ellas, no las pueden disfrutar (se acabaron los festivos y las fiestas de guardar)


tristeza porque nadie piensa en nadie...


nada diré... o quizás te contaré que yo sigo sin comprar los domingos y festivos... mi (falta de) religión me lo impide...

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