sobre dónde reside la memoria (o a la sombra de las muchachas en flor de proust...)

miércoles (aunque yo llevo toda la mañana con la absurda idea de que es martes otra vez) y te escribo desde el despacho...


miércoles y yo ya tengo la caja hecha, el correo abierto, impreso y entregado; he metido dos albaranes, y he sacado los correspondientes pedidos especiales; e incluso he hecho una factura, con su recibo y sus notas de envío...


miércoles y ayer la tarde fue de todo menos tranquila... y es que como era diez de diciembre (y ya sabes lo maniática que soy con los días de hacer ciertas cosas) me empeñé en cerrar el mes de noviembre, y pasé la tarde sentando facturas del mes pasado... suplicando al jefe que revisara un par que me faltaban y que estaban en el primer cajón esperando su revisión (y es que yo hasta que no pasan al segundo cajón no puedo cogerlas)... y una vez sentadas las facturas, estuve anotando vencimientos y haciendo talones (que por cierto aquí siguen sin firmar; y es en momentos como éste en los que una chica como yo se pregunta para que tantas prisas, si al final una tiene que esperar para terminar...)





en fin... miércoles y yo hoy venía a contarte que sigo con mi idea de releer la recherche de proust, y que hace unos días estuve releyendo la segunda parte de en busca del tiempo perdido: a la sombra de las muchachas en flor... y que me reencantó...


me reencantó... porque como te he dicho ya en alguna ocasión, las relecturas tienen un algo que con proust alcanza cotas insospechadas... porque cambia el ritmo... porque esperas las palabras... y porque por ciertos detalles que anticipan hechos que sabemos que pasarán, admito que he alucinado con la estructura monumetal de esta historia... porque aunque la primera vez que la leí me pudo parecer que proust de alguna manera divagaba (y que ahí residía parte de la magia), esta vez me doy perfecta cuenta de que proust sabe adonde va y como quiere llegar... no me sé explicar... lo único que sé es que si ya te dije hace años que esta obra me parecía increible, la relectura no sólo hace que me reafirme en aquella afirmación, sino que la duplique, al darme cuenta por los pequeños detalles de lo grande que es proust...


un proust que al parecer no tenía tan claro su talento, ya que en un momento dado de esta segunda parte dice que:






al cabo de unas páginas preliminares se me caía la pluma de la mano, de aburrimiento, y lloraba de rabia al pensar que nunca tendría talento, que carecía de aptitudes

marcel proust (a la sombra de las muchachas en flor)





una maravilla... tal maravilla que no encuentro palabras para explicarte lo que esta relectura está significando para mí... así que como creo firmemente en la santa casualidad me vas a dejar que te cite las palabras que encontré en el libro de simone de beauvoir que me leí justo después de este (y del que sino pasa nada te hablaré mañana) en el que la beauvoir habla de proust: "proust era distinto. las frases que se conocía de memoria, las esperaba y las redescubría con la misma dicha con que el narrador volvía a escuchar la pequeña frase de vinteuil."





y antes de cortar y cerrar me vas a dejar que vuelva a citar a proust... una cita sobre dónde reside la memoria, escrita de esa manera en la que sólo él es capaz de hablar de ese tema...






porque la mejor parte de nuestra memoria está fuera de nosotros, en una brisa húmeda de lluvia, en el olor a cerrado de un cuarto o en el perfume de una primera llamarada: allí donde quiera que encontremos esa parte de nosotros mismos de que no dispuso, que desdeñó nuestra inteligencia, esa postrera reserva del pasado, la mejor, la que nos hace llorar una vez más cuando parecía agotado todo el llanto. fuera de nosotros? no, en nosotros, por mejor decir; pero oculta a nuestras propias miradas, sumida en un olvido más o menos hondo. y gracias a ese olvido podemos de vez en cuando encontrarnos con el ser que fuimos y situarnos frente a las cosas lo mismo que él

marcel proust (a la sombra de las muchachas en flor)





una brisa húmeda de lluvia, el olor a cerrado de un cuarto, el perfume de una primera llamarada... magdalenas en el té...


una ma-ra-vi-lla...





y ahora corto y cierro, que tengo que ir a hablar con la jefa a ver hoy que comemos...





pd. prefiero no decir nada ni de ese periódico que cree que lo que mejor define a mandela es que consiguió llevar a sudáfrica el mundial que ganó la selección (esa que decidió cobrar allí la prima correspondiente para pagar menos impuestos); ni de ese presidente del gobierno al que lo único que se le ocurre decir del funeral es que es muy emocionante al celebrarse en el estadio en el que la selección jugó la final... pero te diré que estas cosas me generan serias dudas existenciales y un poco de angustia...


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