sobre los placeres y los días...

y es jueves, que parece viernes (pero sin ese algo mágico que tienen los viernes) y te escribo desde el despacho...


desde el despacho y ya con prisas, y con nervios, y con ese notesédecirqué que me noto en los ojos cuando recién levantada me llevo un par de gritos que aunque sé que en realidad no son para mí, me dejan ese poso en los ojos... paciencia y a barajar... y a seguir con las rutinas... con las nuevas y las antiguas...


y hablando de rutinas... se me ha colado una nueva rutina estos días, que empieza a cansarme, la verdad... y es que esta invasión de spam que sufrimos (en silencio?) ha convertido ya en una rutina mas, eso de abrir el editor, y antes de empezar a teclear, abrir los comentarios y borrar los de publicidad... hoy dos mas... y me pregunto de dónde salen estas publicidades, y si tienen algo que ver con esas pantallas emergentes que a veces aparecen también por estos lares... no sé... pero creo que alguien debería hacer algo... yo de momento, convierto en rutina eso de limpiar los comentarios publicitarios y tiro de paciencia... aunque admito que la paciencia, no es una de mis virtudes...





y cambiando de tema, te contaré que estuve leyendo a proust, los placeres y los días... libro que guardaba desde hace años para leer en parís si alguna vez volvía... pero como ya sabes que creo en la santa casualidad... y que dos casualidades creo que son una señal... pues la semana pasada acabé buscando el libro entre los montones, y leyéndo a proust una vez mas...


y es que en el libro lulú en hollywood, louise brooks cita a proust hablando de los métodos de pabst para rodar... y en el libro pauline de george sand, los editores nombraban a proust en un comentario en la portada... así que sí... fue demasiado para mí... y como al terminar de leer el amor de la morrison, la impresión era tal que me sentía incapaz de empezar a leer nada que no supiera seguro que me iba a encantar (por aquello de mantener el nivel y la magia) pues, como te decía, me encontré a mí misma buscando a proust por los montones de libros que tengo en el salón...


y te diré que leer a proust, para mí, es como volver a un lugar al que aunque hace tiempo que no vas, te sientes muy ligada... como volver a la casa donde pasaste algunos veranos y donde fuiste feliz... esa familiaridad extraña que sabe a casa pero que no es tu casa (no sé si me estoy explicando)... quizás porque pasé un par de años (puede que tres) leyendo a proust y su recherche... quizás porque durante ese tiempo, si bien hubieron otras lecturas (intercaladas entre tomo y tomo) viví en combray, y en ese parís de los guermantes, siguiendo el camino de swan, y a esa albertine desaparecida, intentando entender cual era la magia de las magdalenas en el té... quizás porque volver a proust es precisamente eso (ya sabes: "... y todo combray y sus alrededores, todo eso tomó forma y adquirió solidez, saliendo, pueblo y jardines, de mi taza de té.")




el caso es que ha sido un placer leer estos retazos (relatos, instantaneas y en ocasiones yo diría que incluso ensayos)  que bajo el título de los placeres y los días (precioso título, no me digas que no) me han devuelto a proust, y me han recordado (una vez mas) qué pretendo con mis tecleos...


y me vas a dejar que te deje un pedacito pequeñito de las letras de proust... un trocito del relato el final de los celos, del momento en el que el enamorado, previendo el final del amor que está viviendo, toma la siguiente decisión...






cuando sienta mi corazón apartarse de ella, procuraré retenerle tan suavemente que ella no lo notará siquiera.
marcel proust (los placeres y los días)


y aunque es triste me parece una preciosidad... me parece muy proust... no lo sé explicar...





que ha sido un placer volver por unos días a sentir que no he dejado nunca de buscar ese tiempo perdido (y recobrado)


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