sobre las novelas amorosas y ejemplares de doña maría de zayas...

y ya es viernes y aquí me tienes, en el despacho... en el despacho buscándome las palabras (y las ganas) para seguir escribiendo... y aunque la verdad es que no las encuentro... aquí sigo, con mis tecleos en mitad de las rutinas, para que así los días sean menos grises y no parezcan del todo fotocopiados...


y es viernes, y ayer tuve un día complicado... complicado porque sigo sin estar bien del todo... complicado porque la abuela ayer estaba guerrera... complicado porque ya sabes que les doy demasiadas vueltas a las cosas, y tanto pensar empeora mis migrañas, y porque además no soy capaz de encontrar soluciones a los problemas que vaticino para el futuro inmediato...


en fin... lo sé... desvarío...





así que permíteme que me centre (o que al menos lo intente) y te cuente que la semana pasada estuve leyendo las novelas amorosas y ejemplares (la primera parte del sarao y el honesto entretenimiento) de doña maría de zayas y sotomayor... que ya sabes que me leí primero sus desengaños (la segunda parte de dicho sarao) y claro... tenía que leerme la primera, porque me encantan sus historias... y porque quería saber los comienzos de la historia de la noble lisis (de la que en los desengaños, supe el final)


y te diré que me han encantado estas novelas amorosas y ejemplares... estas novelas que maría de zayas va hilando a la manera del decameron de bocaccio y del heptameron de margarita de valois... eso de organizar un sarao (no sé si los has notado, pero la palabra me ha encantado) y que cada personaje cuente una historia a los demás... historias curiosas, tristes y divertidas, moralizantes o simplemente desgraciadas, que te dejan pensando...


y me vas a dejar que te copie aquí la dedicatoria al que leyere, escrita por la propia maría de zayas, antes de empezar a contarnos sus historias...






al que leyere



quien duda, lector mío, que te causará admiración que una mujer tenga despejo no sólo para escribir un libro, sino para darle a la estampa, que es el crisol donde se averigua la pureza de los ingenios. porque hasta que los escritores se gozan en las letras de plomo, no tienen valor cierto, por ser tan fáciles de engañar los sentidos, que la fragilidad de la vista suele pasar por oro macizo lo que a la luz del fuego es solamente un pedazo de bronce afeitado. quien duda, digo otra vez, que habrá muchos que atribuyan a locura esta virtuosa osadía de sacar a la luz mis borrones, siendo mujer, que en opinión de algunos necios es lo mismo que una cosa incapaz. pero cualquiera, como sea no más de buen cortesano, ni lo tendrá por novedad ni lo murmurará por desatino. porque si esta materia de que nos componemos los hombres y las mujeres, ya sea una trabazón de fuego y barro, o ya una masa de espíritus y terrones, no tiene más nobleza en ellos que en nosotras; si es una misma la sangre; los sentidos, las potencias y los órganos por donde se obran sus efectos, son unos mismos; la misma alma que ellos, porque las almas no son hombres ni mujeres: qué razón hay para que ellos sean sabios y presuman que nosotras no podemos serlo?

maría de zayas (novelas amorosas y ejemplares)





y es que doña maría de zayas escribía allá por el siglo diecisiete, aquí en españa... lo que (todo sea dicho) no era muy común (para qué negarlo)


por eso quizás me fascina esta mujer que esbozaba un feminismo todavía inexistente, ya no sólo con el hecho mismo de escribir y publicar sus escritos, sino por esa voz femenina, por que sus personajes tienen matices que me atrevería a decir que no tenían antes en nuestra literatura... porque las damas de las que nos habla doña maría de zayas (virtuosas o perdidas) sienten...





así que sí... me ha encantado esta primera parte del sarao que me debía desde que me leí la segunda (que soy desordenada pero constante) y que doña maría de zayas se ha convertido (aunque ya lo era) en una de mis particulares santas... esas santas de las letras que fueron abriendo el camino, a las que me encomiendo cuando el extraño amado de mi musa extraña decide abandonarme a mi suerte y se me pierden las palabras...





corto y cierro...

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