recuerdos de papel (va de librerías)

y es que aunque ya te he hablado alguna vez de ellas, creo que se merecen uno de estos recuerdos de papel que a veces cuelgo...


ya te dije que siempre he sido mucho de kioskos... y que el círculo de lectores me traía libros a casa cada dos meses... pero la primera librería que recuerdo de cuando era niña es aquella librería soriano que teníamos enfrente del colegio, la de la gran vía, que hace años que cerró... en la librería soriano fue donde compré casi todas las lecturas obligatorias que nos mandaban cuando estudiaba... allí compré la celestina, y la busca, y mi primer romeo y julieta... allí seguía yendo ya en la universidad cuando necesitaba alguno de los libros de las distintas bibliografías que nos daban, libros que aunque no solían tener, me pedían por encargo y yo recogía días después... allí compré poco a poco aquella colección de libritos de historia del arte de cambio dieciseis, subiendo por las escaleras, a un entresuelo que había lleno de libros, que yo repasaba una y otra vez, buscando alguno de los libros que necesitaba leer...


después abrieron crisol, al lado de los cines martí... que era una novedad en la ciudad... recuerdo que los libros estaban ordenados por colecciones, y que repasaba las de bolsillo cuando tenía un poco de dinero para comprar libros, buscando aquellos clásicos que quería empezar a conocer... crisol también cerró hace años... pero el sitio forma parte de mis recuerdos de aquellos años...


ya te hablé un día de parís-valencia y de aquellos montones que cambiaban de sitio dependiendo a cual ibas, en los que encontrabas las increibles ofertas de libros a cien o doscientas pesetas... sigo sin saber decidir cual es mi parís-valencia favorito... porque si bien es cierto que el de pelayo tiene un algo, también tengo maravillosos recuerdos con el de la gran vía... por no hablar de aquellas mañanas en las que tras ver amanecer en la plaza de la virgen me iba a desayunar al bar mas cercano esperando que abrieran la librería de la calle navellos, o las tardes que pasaba sentada en el suelo de la del parterre pasando los libros de un montón a otro buscando tesoros...


y fue entonces cuando abrieron la fnac, lo que te permitía ir a comprar libros incluso los domingos... y la casa del llibre, en el paseo ruzafa, con esas escaleras que te llevan al sotano, donde están los libros de bolsillo, que siguen siendo mis favoritos, o te suben al pequeño entresuelo donde están los libros de poesía y de teatro... y te diré que quizás lo que mas me gusta de estos sitios, es un detalle pequeño pero que para mí fue todo un acierto... y es eso de que los libros estén ordenados por autores en orden alfabético... lo que no es que facilite la busqueda (pocas veces busco libros concretos) pero me gusta ir viendo agrupados los distintos libros que hay de cada autor e ir decidiendo...


y creo que estas han sido las librerías de mi vida (debería añadir aquella feltrinelli de la piazza ravegnana, en bologna, donde durante un par de años iba después de un trayecto en tren de una hora, buscando libros en castellano para poder seguir leyendo), las librerías que ya no están y las que sigo frecuentando, que esconden algo mas que los libros que contienen... porque cierto es que nos proporcionan el placer de la lectura de los libros que encontramos en ellas, pero también nos regalan otro placer secreto: y es el de ir de librerías en sí mismo... eso de pasar allí el tiempo, vagando entre las estanterías, decidiendo que libros llevarnos y cuales dejar para volver a por ellos en otro momento...

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