anoche estuve viendo luces de candilejas (there's no business like show business) esa en la que una familia, los donahue, se pasa la vida en los escenarios... primero los padres (con ese maravilloso número del tren nocturno para alabama) y poco a poco toda la familia, hasta que son cinco los donahue que actuan juntos en un escenario... hasta que el hijo mayor descubre su vocación, que es la ser sacerdote... y el hijo pequeño (todo un casanova) se enamora de una rubia preciosa (marilyn, quién si no?) y él y su hermana se van con ella a broadway...
y es que pocas cosas hay mejores contra los pequeños y los grandes dramas que ver uno de esos músicales en technicolor... con esas luces, esos colores, esas canciones y el vestuario y las coreografías... deberían recetarlos contra las penas...
porque la verdad es que funciona... en general el cine funciona contra las penas, no te soluciona ninguno de tus problemas pero te saca de ellos un rato, que no es poco en los tiempos que corren... y con los musicales te llena los ojos de ilusión... de canciones que se te pegan sin saber como... porque llevo desde que me he levantado tarareando eso de que there's no business like show business... y admito que está funcionando contra mis rutinas grises de lunes por la mañana... contra la sensación de absurdo que lo tiñe todo últimamente...
además, la letra de una de las canciones que canta marilyn en la película, me ha dado una idea para la semana santa que para mí empezará el miercoles cuando cerremos...
...una gran maleta llena de libros para leer donde haya tranquilidad mientras estoy matando el tiempo siendo vaga...
eso y un par de películas en blanco y negro...
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