sobre aflicciones


 

en esa época yo era demasiado joven para sentir alguna de las aflicciones que me dominaban y todavía no había aprendido qué hacer con ellas. ya no importaba qué clase de aflicciones fueran ni cómo acabaron. creía que lo único que podía hacer era escapar de ellas; mi tradición, mi pasado y mi educación me habían enseñado de forma incontestable que huir es propio de cobardes. qué tontería! deberían haberme enseñado la diferencia entre valentía y temeridad, en lugar de dejar que tuviera que descubrirlo por mi cuenta. al final aprendí que si conservaba el sentido común que me había sido otorgado al nacer saldría disparada como un gamo ante el primer aviso de ciertos peligros. pero esta historia que estoy a punto de contar sucedió antes de que esta verdad hiciera mella en mí; nunca huimos de las aflicciones y peligros que son intrínsecamente nuestros, que es mejor discernir cuáles son lo antes posible y, que, en cuento a los demás, si no huimos es que estamos locos.


la cita es de un día de fiesta uno de los cuentos incluidos en la torre inclinada y otros cuentos; la tercera parte de los cuentos completos de katherine anne porter...


el viejo orden o la historia de sophia jane y nannie; el camino descendente de la sabiduría o stephen y los globos de colores robados por amor; un día de trabajo o todo lo que el señor halloran hubiera podido hacer sino se hubiese casado con su mujer; un día de fiesta o la casa de los müller y la verdad de ottilie; y la torre inclinada o charles upton, la pensión de frau reichl y la noche de fin de año con sus extraños compañeros de pensión en el berlín anterior a la segunda gran guerra...


una maravilla leer a katherine anne porter... una verdadera maravilla leer sus historias...


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