sobre apuestas...


 

una música llegaba hasta él. era alguna obertura italiana de un género semidesaparecido, como las que sólo tocan ya las orquestas de los balnearios. willi, sin embargo, la conocía bien. hacía muchos años se la había oído tocar a cuatro manos a su madre en timisoara, con alguna pariente lejana. él mismo nunca había llegado a poder acompañar a su madre al piano y, cuando ella había muerto ocho años antes, tampoco había tomado ya lecciones como hacía a veces, cuando los días de fiesta iba a casa desde la academia militar. a través del aire trémulo de la primavera, las notas sonaban suaves y un tanto conmovedoras.


la cita es del libro apuesta al amanecer de arthur schnitzler...


conocí a schnitzler cuando kubrick adaptó su relato soñado (compré el libro antes de ver la película, y me hizo compañía en un viaje triste y largo), y como me encantó, poco después leí su señorita elsa que también me encantó, claro... luego lo olvidé, no por nada, sino porque la casualidad no hizo que nos volvieramos a cruzar hasta hace unas semanas, cuando en la caja de la casa del llibre, esperando para pagar unos regalos para mis hermanas, estaba este libro en uno de esos montoncitos que ponen ahí para que piques... y piqué claro... no pude evitarlo...


ciento y pocas páginas que te hacen sentir de todo mientras lees la historia... un pobre alferez al que un antiguo compañero le pide dinero y que como no lo tiene, decide intentar ganarlo jugando a las cartas... lo gana, pero pierde el tren y la noche se alarga... la cosa se va complicando y claro cuando amanece, nuestro pobre alferez tiene un problema mas grande de lo que imaginaba... desesperado acude a su tío que tenía dinero pero que se casó y que no puede ayudarlo, y las casualidades del destino, que es caprichoso y que decide, con un poco de cinismo, traerle recuerdos perdidos y enseñarle cosas de sí mismo que preferiría no haber sabido...


y me callo ya que me veo venir y soy capaz de acabar contando el final... que debo admitir que me sorprendió... no tanto por el final en sí, sino por uno de los giros que da...


que me ha encantado volver a leer a schnitzler...


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