semanita complicada... quizás por eso he estado callada toda la semana... esa es la sensación que me queda esta semana pasada... silencios... mis silencios que se me han anudado a la garganta... eso y que estoy mas mona callada...
es complicado cuando hablas y se te vuelven en contra tus palabras... complicado cuando tus razones son entendidas como reproches... complicado cuando por mas que intentas explicarte no sirve de nada... complicado cuando te das cuenta de que por muy bien que creas que sabes hablar no se te entiende cuando hablas...
así que decido callar... porque de mis silencios (de momento) no se me puede cambiar nada... ya sabes lo que dicen que decía shakespeare, que somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras...
y duele cuando te cambian las palabras... cuando lo dicho se retuerce y cambia y te lo echan en cara... duele la incomprensión y yo solo puedo callar... nada mas...
(de sobra sé que hay cosas que es mejor no decir en voz alta, aunque sean ciertas, precisamente por eso quizás, porque algunas verdades no se deben pronunciar... pero hay días en que no podemos evitar que las palabras broten... no podemos evitar chillar las verdades que nadie quiere escuchar)
por suerte, aunque las palabras que dije en un momento dado han convertido mi semana en una semana terrible en la que no entiendo nada, las palabras de otros me han salvado en mis silencios... sacándome del tiempo... el domingo pasado (mi domingo negro) pasé la tarde entre los poemas de victor hugo y en medio del mar con hemingway... vi las nieves del kilimanjaro como si estuviera allí... flaubert me ha llevado a cartago de la mano de salambó y pasé allí con él gran parte de la semana, sumergida en las páginas de su novela para olvidar los silencios que me envolvían en mi realidad... y he leido las extrañas peticiones de helene hanff a su librero de londres, agradeciendole a nube este descubrimiento, ese 84 charing cross road que me ha hecho soñar con un viaje a londres para buscar librerías de segunda mano... y estoy en el principio de una novela que no sabía que existía de louisa may alcott que encontré sin buscar, yo creía que solo había escrito mujercitas y ahora encuentro algo suyo después de tantos años de aquella lectura que me hizo pensar que yo quería escribir, como jo...
y me digo que menos mal que existe la literatura para salvarnos en las malas, malas, malas semanas... porque hablo completamente en serio si te digo que esta semana, sin estos libros, no sé que habría sido de mí
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