el viejo y el mar

Admito que cuando acabé de leerla le di un beso al libro y eso es algo que he hecho pocas veces. Me enterneció. Aparte de ser una obra maestra, de estar muy bien escrita, me pareció increíble que una historia sobre un marinero que pesca un gran pez pero no consigue llevarlo a puerto me enganchara. Si, parece mentira pero me enganchó desde el principio, no podía dejar de leerlo, no podía cerrar el libro, necesitaba saber como acababa una historia que a simple vista nunca me habría interesado.
Dejando a un lado lo de la epopeya, que es el hombre en su lucha con la naturaleza y todas las cosas que ya se han dicho sobre el precioso libro de Hemingway, solo diré que es increíble y maravilloso que un libro así se haya escrito. Porque cuando acabas de leerlo no puedes menos que besar la tapa del libro como habrías besado a Hemingway, al Hemingway de las últimas fotos, el que parecía un ser entrañable… con ternura y agradecimiento por haberte hecho pasar un buen rato, en medio del mar con un pescador, olvidándote del mundo y de todo lo demás.
Un libro imprescindible, en serio.

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