viernes (por fin!) y te escribo desde la caja... y aunque te parecerá increíble que no me haya dado cuenta hasta ahora, ha sido esta mañana cuando me he dado cuenta de que estoy esperando que las cosas mejoren, y en realidad no lo van a hacer... me refiero a que esto es lo que hay, estas son las cartas que me han tocado, y me voy a tener que acostumbrar a estar en la caja teniendo mil cosas que hacer en el despacho, y a hacer las cosas del despacho en los ratos que consiga sacar... no hay más... no van a llegar refuerzos, no van a cambiar las cosas, no van a mejorar ni mi horario ni mi situación, y este esperar que las cosas cambien, sabiendo como sé que no van a cambiar, no es bueno... así que cambio el chip, e intentaré hacer lo que pueda... no me queda otra...
y es viernes y yo en realidad venía a contarte que me leí la segunda entrega de los últimos poemas de hikmet (sus poemas finales) que vinieron a reafirmar lo que sé hace años: que hikmet es uno de mis poetas favoritos...
y aunque lo he intentando, me ha sido absolutamente imposible quedarme sólo con uno de sus poemas... así que con tu permiso te voy a copiar tres...
el primero porque me pillo en un momento parecido...
tengo que escribir algo
tengo que escribir algo cien por cien verdadero
tengo que escribir algo
sin pensarlo
el humo de mi cigarro
amor mío no me hagas sufrir
tengo que escribir algo
no de lo que veo encima de mi mesa
tampoco de mis dedos
tengo que escribir algo
encontrar algo dentro de mí
tengo que echar un cubo al pozo que llevo dentro y sacar agua
nâzim hikmet (poemas finales)
el segundo porque muchas veces opto por la misma solución...
todas las cortinas echadas todas las puertas cerradas
dónde están en dónde en dónde
en algún lugar al que no se va ni se viene
los mudos susurran a los sordos desde lejos desde muy lejos
la mirada no tiene ojos el correr no tiene pies
estoy cansado de perseguir lo inalcanzable
me voy a fumar un cigarro.
nâzim hikmet (poemas finales)
y el tercero porque me pareció impresionante...
me acostumbro a envejecer
me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
horas que corréis, corréis, corréis...
trato de comprender a costa de dejar de creer.
te iba a decir una palabra pero no pude.
en mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana con el estómago vacío.
la muerte antes de llegar me envío su soledad.
envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.
nâzim hikmet (poemas finales)
hay un cuarto poema guardado en mis borrarores que con tu permiso me guardo para la semana que viene... que por qué?... el martes que viene te lo contaré...
y ahora corto y cierro... que la verdad verdadera es que no hay manera de escribir tranquila aquí en la caja...
No hay comentarios:
Publicar un comentario