un taxista en duelo, que acaba de perder a su mujer, un médico cuarentón enganchado al ordenador, y atrapado en una relación (iba a decir tóxica, pero es) peor que tóxica, y una prostituta africana a la que lo peor que le ha pasado no es ser prostituta al lado de un bar de carrera... además de una camarera muy atenta, una clienta del bar de carretera donde el taxista va por las noches que esconde algo en su pasado y bebe para olvidar, y el chulo, y uno de los esbirros del chulo... y chucho y perra, claro...
todo esto mezclado... porque el médico y el taxista algo tienen en común, y el taxista y la prostituta... y la prostituta y el médico... y no puedo contar más, porque de verdad que es de lo más entretenida, y tiene varios giros inesperados que es mejor no ver venir... y rosa montero hace magia, y lo lía todo y después lo deslía que es una maravilla leerla...
así que lo dicho... una maravilla volver a leer a rosa montero...
y después de la novela de la montero, retomé "de la herida a la gloria", la poesía completa de clara lair, y leí el poemario "arras de cristal al ateneo puertorriqueño"... un poemario de desamor... un poemario, me atrevería a decir, de rabia... poemas de desengaño, incluso de desquite... y ni un solo pájaro...
(me recordó un poco al "desolación" de la mistral...)
y después de los poemas de clara lair, me leí "puede prestarme su pistola, por favor?" de lorenza mazzetti (a la que conocí gracias a mi querida ali smith) un libro alucinado, entre sueño y pesadilla, con toques de pinocho y de alicia en el país de las maravillas versión pesadillesca, en el que penny, está en la estación central y ha escapado de casa (o eso dice ella) y ha matado a su padre (o al padre) y quiere hacer la revolución, pero la revolución no se deja... y ella tiene clara la teoría, pero la vida no tiene clara la práctica, y penny se va encontrando desconocidos que intentando ayudar y a la vez aprovecharse de ella... y penny escapa una y otra vez, en trenes, por pasillos, por la ciudad... y su padre aparece y reaparece en los desconocidos, y penny quiere hacer la revolución pero a veces también tiene hambre, a veces también está cansada... y entonces penny se enamora (ay!) de quién no debe... y mejor no cuento más, porque lo maravilloso del libro no es tanto lo que cuenta, si no (cómo diría mi abuela) cómo lo cuenta...
un placer, y un patiment leer a lorenza mazzetti, porque no es una lectura fácil, pero sí una lectura interesante (como ella)
y después me leí el "gitanjali", de rabindranath tagore... porque aunque ya había leído a tagore, lo leí cuando era joven (y cuando digo joven, quiero decir dieciocho o veinte años)
(tagore era uno de los autores de esa famosa lista que yo tenía en primero de carrera que incluía además a balzac, a zola (por entonces ya había leído a hugo), a pushkin, a turguenev y a gogol (ya había leído a tolstoi y a dostoyevski), a dickens y a la woolf (curiosamente una de las pocas mujeres presentes en aquella primera lista de lecturas que yo creía entonces obligatorias) y bastantes más autores... ahora mismo recuerdo a goethe, a homero, a faulkner, a yeats y a keats, a eliot, y a madame de la fayette (por aquello de nombrar a otra mujer...))
total, que he vuelto a leer a tagore, y poco más puedo contar... bueno, sí, que me he quedado con un par de poemas para mi antología de pájaros...
y ahora me estoy releyendo "eso", de inger christensen... aunque yo en realidad quería releerme "alfabeto", pero encontré "eso" dónde creía que iba a estar "alfabeto", y ahora me estoy releyendo "eso", porque ya era tarde, y no me apetecía seguir buscando por mis estanterías... pero sigo queriendo releerme "alfabeto", así que tendré que seguir buscándolo un día de estos...
(y seguimos sin noticias de los libros, que siguen desaparecidos, y como ya ha empezado la campaña de navidad, no sé si aparecerán en breve...)
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