terminé de leerme "embrujada", de vernon lee (violet paget), relatos de fantasmas, de aparecidos... de hombres que se enamoran de mujeres que vivieron siglos atrás... una naufraga extraña que hace cosas extrañas... una mujer convencida de ser una antepasada reencarnada... cantantes capaces de matar de amor con su canto... y aunque creo que ya dije que no es mi género, la verdad es que el libro es de lo más entretenido...
y después, retomé la poesía completa de blanca varela, y me leí "valses y otras falsas confesiones", que es una preciosidad, del que me he quedado poemas para mi petit palais (para mis apuntes) y también un par (o cuatro) para mi antología de pájaros...
como éste poema que copio aquí, que dice:
(pobres matemáticas)cuando nada quede de ti ni de míhabrá agua y soly un día que abra las puertas más secretasmás oscuras más tristesy ventanas vivas como grandes ojosdespiertos sobre la dichay no habrá sido en vano que tú y yosolo hayamos pensado lo que otros hacenporque alguien tiene que pensar la vida
y después del poemario de la valera, me leí "un mar de muerte", de david rieff... porque me lo había recomendado mi querida kitti, y después me lo nombró gabriela wiener en su "huaco retrato"... y he de decir que me ha encantado y fascinado...
que preciosidad y que doloroso y maravilloso fue leer el libro de david rieff, que empieza así:
"Nada podía haber estado más lejos de mis previsiones. Creía que regresaba a mi casa en Nueva York al final de un largo viaje al extranjero. En cambio, estaba empezando un recorrido que concluyó con la muerte de mi madre."
su madre era la gran susan sontag... y sigue...
"Para ser preciso, era la tarde del 28 de marzo de 2004, un domingo, y me encontraba en el aeropuerto de Heathrow en Londres de regreso de Oriente Próximo. Después de casi un mes de idas y venidas."
no deja de parecerme fascinante lo que reconozco... esa manía (o quizás necesidad) de datar, de recordar las fechas... de fijarlas...
un poco más adelante, dice david rieff:
"Las preguntas se precipitan cuesta abajo, en la vigilia y en los sueños. Al menos aún se me presentan, más de dos años después de su muerte. Hice bien? Pude haber hecho más? O proponer una alternativa? O apoyarla más? O sacar la cuestión de la muerte a la palestra? U ocultarla de mejor modo?
Las preguntas sin respuesta de un superviviente."
me hago las mismas preguntas tres años y medio después... tengo el mismo trauma, o el mismo remordimiento que david: no haber dicho la verdad, no haber dicho toda la verdad al menos... no haber tenido una conversación completa sobre la muerte que se acercaba... como si hubiera habido tiempo... como si el milagro imposible fuera a pasar... como si las cosas que no nombras no fueran a pasar... como si ocultando la verdad pudiéramos mantener la esperanza, si no la nuestra, al menos la de la persona condenada a muerte... por eso seguramente, me consoló david rieff cuando dice que:
"Un refrán judío recuerda que «es una obligación decirle a alguien lo que es admisible y no decirle lo que no es admisible también es una obligación»."
también me reconfortó cuando dice:
"Escucho los ecos del mismo pensamiento ilusorio abrumador cuando oigo la palabra «cierre». No hay cierre al tratarse de la muerte de alguien querido. De eso, al menos, estoy seguro."
yo también... y continúa un poco más adelante:
"Qué queda entonces? Cierre? Insisto, no creo ni por un momento que tal cosa exista. Si hay algún... relajamiento, es que probablemente a medida que el tiempo pasa, toda la pena, todas las capas de los propios sentimientos finalmente «migran» a otro sitio. O acaso nos acostumbramos a nuestra propia pena y, a medida que nos es más familiar, forma una parte más del paisaje emocional, se vuelve opaca. Pero no hay cierre; no hay olvido. Se llora a quienes se ha querido y han muerto hasta que es hora de unírseles. No transcurre mucho tiempo."
y no puedo estar más de acuerdo...
y después del maravilloso libro de david rieff (gracias, querida kitti), retomé la poesía completa de olga orozco, y me releí "las muertes"... uno de los poemarios de olga orozco que más me gustó la primera vez que me leí su poesía completa...
y me volví a encontrar con el poema a miss havisham, y con éste a bartleby...
BartlebyHabía rehusado decir quién era, o de dónde venía,o si tenía algún pariente en el mundo.Herman Melville, BartlebyNadie supo quién fue.Nunca estuvo más cerca de los hombres que de los mudos signos.Él hubiera podido enumerar los días que soportó vestido de gris desesperanza,o describir siquiera la sombra de los sueños sobre el muro vacío.Más prefirió no hacerlo.Nos queda solamente la mascarilla pálida,la mirada serena con que eludió el llamado de todos los destinos,la imagen de su muerte desoladoramente semejante a su vida.No queremos pensar que fue parte en nosotros,que fue nuestra constancia a las pacientes leyes que ignoramos.Todos hemos sentido alguna vez la pavorosa y ciega soledad del planeta,y hasta el fondo del alma rueda entonces la pidrecilla cruel,conmoviendo un misterio más grande que nosotros.Oh Dios! Es preciso saber que no podemos interpretar las cifras inscritas en el muro?Es preciso que aullemos como perros perdidos en la noche o que seamos Bartleby con los brazos cruzados?Preferimos no hacerlo.Preferimos creer que Bartleby fue sólo memoria de consuelos, de perdón, de esperanzas que llegaron muy tarde para los que se fueron;testigo de un gran fuego donde ardió la promesa de un tiempo que no vino.No será en ese cielo. En otro nos veremos.Él estará también pálidamente absorto contemplando la otra cara del muro.Deberá recordar una por una todas las cartas muertas.Pero acaso aun entonces él prefiera no hacerlo.
una maravilla volver a leer a olga orozco...
y el domingo retomé mi tarea de leerme a los señores que ganaron el nobel a los que todavía no tengo el placer de conocer, y me leí la "vida de beethoven", de romain rolland... y aunque yo pensaba que el señor romain rolland iba a aburrirme con la vida de beethoven, lo cierto es que su biografía de beethoven es de lo más entretenida y amena... que me arregló el domingo el señor romain rolland, al que ha sido un verdadero placer conocer...
y después de la biografía de beethoven, me leí "las tumbas de atuan" de ursula k. le guin, la segunda parte de las historias de terramar... y aunque sé que las historias de terramar son para un público más joven, soy muy fan de la le guin... quiero leerme todo lo que haya escrito... y además, una vez entras en la historia es fascinante: una sacerdotisa sin nombre que se reencarna desde hace siglos para dar culto a los poderes oscuros y sin nombre... un mago que intentando recuperar un anillo queda atrapado en las tumbas... otra sacerdotisa envidiosa... un eunuco... en fin... maravillosa... tanto que admito que en determinado momento me dio hasta un poquito de ansiedad (ansiedad de esa leve que te dan algunos libros cuando la trama se va complicando y no ves como la autora va a salvar la historia...), y que me hizo sonreír varias veces (cuando él dice su nombre... cuando le confiesa el suyo... cuando la la guin me contó la historia de aquellos dos personajes en una isla que aparecían en la primera parte...), que estoy encantada con la le guin y enganchada a sus historias de terramar, tanto que ya tengo la tercera parte...
y después de "las tumbas de atuan", me leí el libro "blanco" de han kang... y es que aunque ya leí a han kang cuando ganó el nobel en octubre, vi hace unos días una entrevista de ella, y quería leerla sabiendo cómo habla (no sé si me estoy explicando, pero esa era la sensación...), así que me leí "blanco", que es un libro de duelo, de frío, de desarraigo... que habla de su hermana mayor, muerta dos horas después de nacer, de su ausencia, de la muerte de su madre, de la escritura...
y han kang empieza así:
"Lo primero que hice la primavera en que decidí escribir sobre el blanco fue hacer una lista:
Manta de bebé
Bata de recién nacido
Sal
Nieve
Hielo
Luna
Arroz
Ola
Magnolia blanca
Pájaro blanco
Risa blanca
Papel blanco
Perro blanco
Canas
Mortaja
Mi corazón se estremeció de un modo inusitado cuando escribía estas palabras. Deseé terminar sin falta este libro, tuve la sensación de que el proceso de escribirlo iba a traerme aparejado un cambio. Necesitaba ponerme en las heridas un ungüento claro y recubrirlas después con una gasa blanca."
y esa lista que han kang hizo la primavera en la que decidió escribir sobre el blanco, va cobrando sentido en los capítulos cortos que componen el libro... como retazos de una historia difícil de contar... la historia que no fue, para que ella fuera...
que me ha encantado volver a leer a han kang sabiendo cómo habla... porque eso, quieras que no, cambia el tono de la lectura...
y después me leí "tanta gente, mariana" de maria judite de carvalho...
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