lunes, 16 de septiembre de 2024

y pasé el sábado por la tarde leyendo "daguerrotipos y otros ensayos", de karen blixen (o isak dinesen)... una maravilla de libro... ensayos sobre feminismo, sobre daguerrotipos, contra la vivisección, de la convivencia entre razas en áfrica, recuerdos de su granja, de denys finch hatton, opiniones personales, y las impresiones de los días que pasó en alemania recién empezada la segunda guerra mundial... un poco de todo...

(sí que es cierto que precisamente las impresiones de los días que pasó en alemania al principio de la segunda guerra mundial me descolocaron muchísimo... con lo que ahora sabemos que estaba pasando en alemania en esos momentos, que la dinesen me cuente las operas y los conciertos a los que asistió, descoloca un poco, claro que entonces no se sabía fuera de alemania lo que estaba pasando en realidad... pero choca...)

son ensayos que en su mayoría fueron charlas o programas de radio, así que la sensación de que la blixen te está contando cosas más que ensayando es fuerte... y a mí la dinesen me cae bien, y el sábado necesitaba compañía... y eso hizo este libro por mí, me hizo compañía cuando el sábado se puso complicado y yo no tenía fuerzas ni para hacer la compra de la semana (tendré que ir hoy porque no me queda nada comestible en casa), ni para irme paseando (o en bus) a mi librería favorita a comprarme algo bonito para animarme... pensé en llamar a alguien pero mi padre estaba fuera, mi hermana tenía planes y a mi madre no la quiero agobiar con mis problemas de soledad, y mi otra hermana está demasiado lejos como para llamarla llorando (aunque no sería la primera vez), así que gracias a la dinesen sobreviví a la tarde del sábado y también a la noche...

como por ejemplo, lo que me contó que opina lady colville, que dice:

"La vieja señora prosiguió:
«Nosotras las mujeres, querida mía, somos con frecuencia muy simples. Pero el que una mujer pueda llegar a ser tan poco razonable como para ponerse a razonar con un hombre es algo que me supera! La que lo hace tiene perdida la batalla de antemano, querida, la tiene perdida antes de empezar. Si una mujer quiere imponer su voluntad a un hombre, lo que tiene que hacer es mirarle a los ojos y decirle algo que le resulte del todo incomprensible y a lo que no tenga la menos idea de cómo responder. Esa es una victoria segura.»
Mi amiga basaba su teoría en ejemplos sacados de la historia. Las mujeres inglesas, según ella, llevaban largo tiempo tratando de conseguir el derecho al voto, pero sus argumentos y sus razones no lograban impresionar a los diputados ingleses. Pero cuando, más o menos con el cambio de siglo, intervinieron las sufragettes con sus maniobras ilegales y, todo hay que decirlo, bastante irracionales -se subían a los tejados, cortaban las carreteras con una cuerda o se tiraban ante los caballos en las carreras hípicas del Derby-, sólo entonces esos buenos señores del Parlamento sintieron que el miedo los superaba, y sus viejas convicciones empezaron a chirriar.
Poco tiempo después obtuvieron las mujeres el derecho al voto.
«Y puedo asegurarte», añadió Lady Colville, «que las asociaciones y organizaciones de mujeres conseguirían mucho más, fíjate en lo que te digo, conseguirían más rápidamente sus objetivos, si, en lugar de formar comités, pronunciar discursos y escribir artículos, todo ello en dócil, simplona imitación de los hombres, hicieran correr la voz por todo el país de que se congregaban en los campos y los jardines públicos al caer la noche, bajo la luna menguante!»"


y después de que la dinesen me nombrase varias veces a shakespeare en varios de sus ensayos, pues rebusqué en el ebook, el primer tomo de las obras completas de shakespeare (el de las comedias) y me releí "trabajos de amor en vano" (que en su día leí como "trabajos de amor perdidos"), esa en la que el rey de navarra hace un juramente con sus compañeros de estudios según el cual pasarán los próximos tres años centrados en sus estudios, para lo cual no tendrán tratos con mujeres durante ese tiempo... pero entonces llega una princesa de francia con su sequito de nobles damas, y el rey se enamora de la princesa, y sus compañeros de estudios, se enamoran cada uno de una de las damas de compañía... y hay un cruce de cartas que llegan a donde no deben, y un juego de máscaras en el que cada caballero habla con la dama que no es, y luego hay una representación extraña y alocada... y un final más o menos feliz (muere el padre de la princesa, así que ésta y sus damas deberán irse y guardar un año de luto, pero con promesas de retomarlo todo, un año y un día después...)

así que encantada de haber releído esta comedia ligera de shakespeare, que me tuvo entretenida la mañana del domingo antes de que empezara la comida familiar...

(luego estuve entretenida con la comida familiar, que entre el aperitivo, que pones y quitas la mesa, vigilas al bebé, y discutes sobre el período de adaptación de las guarderías y eso de que es de viejos mandar el emoticono con el dedo gordo hacia arriba, que yo creía que era un emoticono de ok y de buen rollo, pero ahora va y resulta que es lo más pasivo agresivo que puedes mandarle a un menor de veinte años... pues se me fue lo que quedaba de mañana y toda la tarde (porque nuestras comidas familiares nunca acaban antes de las siete de la tarde...))
 

y ya en casa, me leí "poemas del naufragio", de silvia pato... poemas de ruptura, y de dolor, en los que encontré un par de poemas para mi antología de pájaros (ya sé que es una tontería, pero me hace una ilusión tremenda encontrar poemas para mi antología de pájaros) y para mi antología de mujeres poetas en castellano...

como éste que dice:

Era verano y nevaba.
   
Caían los copos afuera,
mientras las horas transcurrían 
con las agujas del reloj detenido
en ese instante en que asestó 
la puñalada.
   
Nevaba y era verano.
   
El sol era una utopía;
sus rayos, sombras de un tiempo
en el que viví contigo;
y, en las ventanas, la nieve presente
se acumulaba.
   
Cómo nevó aquel verano,
cómo nevó aquel estío. 
El invierno prolongado de tu ausencia 
fue destino.
Era verano y nevaba
y ya ni estabas conmigo.


y ahora me estoy leyendo "un día cualquiera en nueva york", de fran lebowitz... que me recuerda un poco a nora ephron... así que de momento entretenida y encantada...


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