hoy hace seis meses que mi amor murió, y no sé porqué extraña razón hoy me duele más el pecho y me cuesta más contener el llanto (he llorado mientras desayunaba, y hacía tiempo que no lloraba tomándome el café con leche...)
seis meses... y me parece increíble que él no sepa todo lo que ha pasado estos últimos seis meses...
no sabe, por ejemplo, que me han subido el sueldo (quince euros, cierto, pero me han subido el sueldo), tampoco sabe que me pusieron la vacuna, y que en breve se supone que me pondrán una dosis de refuerzo... no sabe que las mascarillas ya no son obligatorias por la calle... ni que la incidencia acumulada bajó, y que ahora está subiendo... no sabe que el volcán de la palma está en erupción... ni tampoco sabe que fui al cementerio a llevarle flores... ni todo el lío de las flores del día de todos los santos...
mi amor no sabe que vino mario a españa y que me dio el pésame por su muerte... con lo fan que era de mario, seguro que le habría hecho gracia... ni que le dieron el nóbel a un señor tanzano... ni que mi sobrino ya no quiere dar besos (porque dice que le da asco...), ni que mi otro sobrino lo dejó con su novieta, pero volvieron y lo dejaron definitivamente, pero ahora han vuelto... ni que me tatué una frase de dickens... ni que planeo hacerme otro tatuaje...
tampoco sabe, pobret meu, que el bolso y la bolsa de tela que yo usaba para ir al hospital están donde las dejé cuando volví la última noche (sólo saqué el móvil, las llaves y la cartera)... ni que no soy capaz de estrenar ropa... ni que pedí las estanterías (hará cosa de un mes) pero no soy capaz de montarlas... ni que amontono los libros que me voy leyendo en la mesita del salón... ni que me terminé de leer el cuarteto estacional de la ali smith... ni que me quiero comprar el último libro de la trilogía de la rebecca west que él me regalaba por navidades...
no sabe que sólo me queda un episodio nacional, y que como él no se lo leyó, ahora no sé si debería leérmelo o no... ni que lloro todos los días desde hace seis meses... ni que no puedo bailar... ni acabarme la cena... ni que tengo una foto suya y que hablo con ella...
a su foto también le enseño los libros que me voy leyendo...
el tiempo pasa y es insoportable, y lo que no entiendo es qué más da que sea día diecinueve o día treinta... porque estos aniversarios, estos bucles, este recordar detalles dolorosos que no puedo evitar recordar y que estoy convirtiendo en rituales casi sagrados, en ceremonias extrañas... porqué sigo pidiéndole perdón por haberme ido del hospital la última mañana, y le digo que si hubiera sabido lo que iba a pasar, me habría quedado con él hasta el final... porque ese corte de la respiración esta mañana a la hora exacta en que una llamada de teléfono me comunicó que él ya no estaba... porqué este repetirme a modo de plegaria los versos que leyeron en su funeral...
y me descubro dándole vueltas a qué libros regalarle estas navidades... y recordándome que es uno de bolsillo para navidad y uno de tapa dura para el día de reyes, y que casi mejor compro uno más de bolsillo para nochebuena, por si, como hacía todas las nochebuenas cuando venía a verme antes de la cena, me traía un libro fuera de nuestras normas de regalos, porque lo había visto en su librería favorita (que está en la esquina de parís con valencia, pero la de pelayo...) y había pensado en mí... pero no habrá regalos este año, me dice esa vocecita cuerda, que con cariño evita que me vuelva loca del todo... y añade que puedo comprarme algo de su parte... como para atenuar el golpe...
y es complicado porque todo duele... porque ya han pasado seis meses pero en realidad sólo han pasado seis meses...
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