llevo desde ayer abriendo y cerrando este editor... para qué?... por qué?... y sí... puede que... tal vez...
las palabras se han ido... llevo desde el domingo en un extraño stand by...
las lecturas se acumulan, el paterson de william carlos williams, las cartas a mujeres de la woolf, el pequeño libro de la brujería que me ha enviado mi hermana la pequeña, las mujeres singulares de george gissing (gracias a dios que es largo y hay que concentrarse un poco...)
no me centro... no me quiero centrar... el fin de semana ha sido un tomar y dejar libros hasta que decidí que las más de quinientas páginas del libro de gissing eran lo que necesitaba...
terminé el paterson al que nos llevó jack (el de gilead), y empecé las cartas de virginia, pero apenas leí las primeras y lo dejé en el año 1918, porque creo que las voy a mezclar con los diarios y las novelas, con algunos de los ensayos y puede que si encuentro la manera, también con los relatos completos que me regalaste por segunda vez y que aún no he retomado... o puede que deje de releer a virginia, quién sabe...
me leí también el pequeño libro de la brujería, pero como su nombre indica, es pequeño...
dice william carlos williams en el pedacito que te envíe:
nos sentamos y charlamos
deseo estar contigo en la cama, nosotros dos
como si la cama fuera el lecho del arroyo
-tengo mucho que contarte
Nos sentamos y charlamos,
tranquilamente, con largos lapsos de silencio
y yo soy consciente del arroyo
que no tiene lenguaje, navegando
bajo el tranquilo cielo de
tus ojos
que no tiene palabra, ir
a la cama contigo, más allá
del momento del encuentro, mientras las
corrientes flotan tranquilas en el aire, para
caer-
contigo, desde el borde, antes
de la caída-
para atrapar el momento.
para atrapar el momento...
que no puedo escribir, pero algo tenía que hacer en estos pocos minutos que quedan antes de decidir si puedo o no ir a yoga, si puedo o si debo, o si podría o debería hacer otra cosa...
porque hay días que una podría sentirse culpable por disimular que todo está bien, que no pasa nada... pero es tan complicado dejar de disimular, es tan complicado explicar los porqués y los cómos que quizás es más fácil fingir una normalidad que queda tan lejos como el sábado por la mañana... pero no es fácil... y duele... y da miedo...
anímate y sigue, un abrazo
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