y después del libro de ensayos de june jordan, me leí "las dos doncellas", otra de las novelas ejemplares de cervantes...
y te diré que es todo un placer leer las novelas ejemplares, con esa seguridad que da el casi asegurado final feliz (aunque en ocasiones es dudoso que sea feliz visto desde aquí, ya sabes que intento contextualizar todo lo que puedo), y esta novela de las dos doncellas no es una excepción...
y es que hay dos doncellas (primero una y después la otra) que disfrazadas de hombres van tras un joven que las ha engañado a las dos (bueno, a una la ha engañado y a otra la ha deshonrado...), para que cumpla su palabra, lo que a priori puede resultar complicado por a las dos les ha prometido lo mismo, el muy canalla... pero cervantes consigue resolver la situación de manera magistral... y no te contaré mas, que demasiado creo haber contado ya...
y después de "las dos doncellas" me releí "la campana de cristal" de sylvia plath...
esa novela en la que la plath nos cuenta "un verano extraño, sofocante, el verano en que electrocutaron a los Rosenberg" y en el que ella "no sabía qué estaba haciendo en Nueva York."
es curioso como los finales cobran sentido cuando los copias después de haberte leído el libro... y es que sylvia continúa diciendo: "Les tengo manía a las ejecuciones. La idea de ser electrocutada me pone mala, y eso era lo único que se podía leer en los periódicos, titulares que como ojos saltones me miraban fijamente en cada esquina y en cada entrada al Metro, mohosas e invadidas por el olor de los cacahuetes. No tenía nada que ver conmigo, pero no podía evitar preguntarme qué se sentiría al ser quemado vivo de la cabeza a los pies.
Pensé que debía de ser la cosa más terrible del mundo."
y aunque no ha sido fácil releer este libro, porque no es fácil releer el descenso a los infiernos de nadie... la verdad es que este libro me lo leí hace años en la playa, y siempre he tenido la sensación de que este libro merecía ser leído de otra manera (porque quieras que no, quizás la playa es más para otro tipo de libros...) así que esta vez me la he leído en calma en el sofá de mi casa...
y duele... duele porque de alguna manera pienso que es un grito de ayuda... que esta novela era la única manera que la plath encontró para no volver a caer en la locura y aún así cayó... porque soy de las que escribe para entender, y creo que eso intentaba sylvia al escribir esta novela: entender los mecanismos que la habían llevado al intento de suicidio...
en fin... una maravilla, aunque duela... como es leer (y releer) siempre a esta mujer...
y después de "la campana de cristal" hice lo que suelo hacer cuando un libro es demasiado duro para mí: tirar mano de colette y de su prosa resplandeciente...
y es que colette no sé que tiene, pero hace que las cosas brillen más y que puedas respirar mejor después de leerla... porque, como dice erica jong "sus manos surgen de sus libros y atrapan mi corazón"
("Querida Colette, me aferras a esta vida.")
así que como te decía me leí "el viaje egoísta" (esto de comprar sus obras completas en cuatro tomos (primero el tercero y luego los tres restantes) de verdad que ha sido un gran acierto) que es un libro de relatos... relatos cortos, apenas pensamientos o impresiones que nos deja colette con esa prosa luminosa que sólo ella tiene...
como este trocito que copié hace unos días en mi pequeño palacio de vocabulario y que sigue siendo perfecto para el día de hoy:
"Tengo calor. El calor me posee como una enfermedad y como un juego. Basta para llenar todas las horas de la noche y del día. No hablo más que de él; me quejo de él, con pasión y dulzura, como de una caricia implacable. Ha sido él, fíjate, el que me ha hecho esta señal viva en la barbilla y me ha dejado esta mejilla abofeteada, y mis manos no pueden abandonar los guanteletes color de pan tostado que en mi piel pintó. Y este puñado de granos de oro, totalmente ardientes, con que me ha enarenado el rostro, cosa es de él, siempre de él..."
y duele... duele porque de alguna manera pienso que es un grito de ayuda... que esta novela era la única manera que la plath encontró para no volver a caer en la locura y aún así cayó... porque soy de las que escribe para entender, y creo que eso intentaba sylvia al escribir esta novela: entender los mecanismos que la habían llevado al intento de suicidio...
en fin... una maravilla, aunque duela... como es leer (y releer) siempre a esta mujer...
y después de "la campana de cristal" hice lo que suelo hacer cuando un libro es demasiado duro para mí: tirar mano de colette y de su prosa resplandeciente...
y es que colette no sé que tiene, pero hace que las cosas brillen más y que puedas respirar mejor después de leerla... porque, como dice erica jong "sus manos surgen de sus libros y atrapan mi corazón"
("Querida Colette, me aferras a esta vida.")
así que como te decía me leí "el viaje egoísta" (esto de comprar sus obras completas en cuatro tomos (primero el tercero y luego los tres restantes) de verdad que ha sido un gran acierto) que es un libro de relatos... relatos cortos, apenas pensamientos o impresiones que nos deja colette con esa prosa luminosa que sólo ella tiene...
como este trocito que copié hace unos días en mi pequeño palacio de vocabulario y que sigue siendo perfecto para el día de hoy:
"Tengo calor. El calor me posee como una enfermedad y como un juego. Basta para llenar todas las horas de la noche y del día. No hablo más que de él; me quejo de él, con pasión y dulzura, como de una caricia implacable. Ha sido él, fíjate, el que me ha hecho esta señal viva en la barbilla y me ha dejado esta mejilla abofeteada, y mis manos no pueden abandonar los guanteletes color de pan tostado que en mi piel pintó. Y este puñado de granos de oro, totalmente ardientes, con que me ha enarenado el rostro, cosa es de él, siempre de él..."
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