martes (que parece una mezcla entre un viernes extraño y un sábado largo) y te escribo desde el despacho... y aunque tengo la caja por hacer y el año a medio cerrar, como ayer me cundió bastante el día, y hasta me dio tiempo de hacer más cosas de las que me proponía (ya tengo las facturas que tengo, sentadas; y hasta me dió tiempo de acabar las intracomunitarias), pues he decidido que antes de seguir con el cierre del trimestre y del año, voy a retomar mis tecleos para contarte algo...
así que retomo mis tecleos, hoy para contarte que aquel día que estuve rebuscando en mis antiguas estanterías (hace poco me enteré que ya no son mías como yo creía) junto con la hija del capitán y el estudiante de salamanca, me llevé el color púrpura de alice walker... libro de kiosko, de esos de oferta por ser principios de colecciones (que jamás hice enteras), y que compré (si no recuerdo mal), junto con el nido del cuco, o acabando el instituto o en mis primeros años de universidad...
no se lo cuentes a nadie más que a
dios. a tu mamá podría matarla.
querido dios:
tengo catorce años. soy. he sido siempre buena. se me ocurre que, a lo mejor, podrías hacerme alguna señal que me aclare lo que me está pasando.
alice walker (el color púrpura)
y así empieza alice walker a contarnos esta historia epistolar... y la que le escribe cartas a dios es celie... y lo que le está pasando a celie es que su padre abusa de ella mientras su madre está enferma, y que además está embarazada (lo estará dos veces antes de llegar a la mayoría de edad), y en un breve periodo se quedará huérfana... y su padre la casará con el pretendiente de su hermana nettie (nettie es guapa y más joven, pero el padre ofrece a celie en su lugar, a un hombre que ya tiene hijos, y que durante años, maltratará a celie...) y celie se llevará a nettie con ella, para intentar que su padre no abuse también de su hermana, pero nettie tendrá que irse de allí, para evitar que su nuevo cuñado le haga algo... y entonces nettie se irá de misionera a áfrica, y celie conocerá a shug, la amante de su marido, cuando éste la lleve a su casa, demasiado enferma para cuidarse sola...
y hasta aquí puedo leer sin desvelar demasiado... y tú dirás que he contado mucho, y yo te digo que apenas te he contado el principio de esta preciosa novela, que ha sido un verdadero placer volver a leer... porque aunque la recordaba con cariño (ya sabes que hay libros que al verlos en tus estanterías, o en las estanterías de una librería, inevitablemente te hacen sonreír por los recuerdos y sensaciones que te despiertan), ha sido esta vez cuando he sido capaz de entender todo lo que tiene esta novela de dura y a la vez, tierna...
y antes de cortar y cerrar me vas a dejar que te copie la primera carta que celie le escribe a su hermana nettie en vez de escribirle a dios... porque creo que es uno de los momentos mágicos que tiene esta novela...
querida nettie:
ya no escribo más a dios. te escribo a ti.
y qué le ha pasado a dios?, me pregunta shug.
a quién?
ella me mira muy seria.
un diablo como tú no va a preocuparse porque no haya dios, le digo.
un momento, un momento. sólo porque esté siempre incordiándolo como mucha gente que nosotras conocernos, no significa que no tenga religión.
qué ha hecho dios por mí?, pregunto.
celie! dice, como horrorizada. él te ha dado la vida, salud y el amor de una buena mujer.
sí, y también un papá linchado, una mamá loca, un padrastro que es un perro indecente y una hermana a la que probablemente no volveré a ver. de todos modos, ese dios al que yo rezaba y al que escribía cartas es un hombre. y, como todos los hombres, es desconsiderado, olvidadizo e indiferente.
será mejor que te calles, miss celie, dios podría oírte.
bueno, que me oiga. si alguna vez escuchara a las pobres mujeres de color, este mundo sería distinto, puedes estar segura.
ella habla y habla, tratando de contenerme para que no siga blasfemando. pero yo blasfemo cuanto se me antoja.
en toda mi vida, nunca me ha preocupado lo que la gente pensara de mí, le digo. pero, en el fondo de mi corazón, me preocupaba mucho lo que pensara dios. y ahora veo que no piensa. sólo está allí sentado, tan contento de ser sordo. pero no creas que es fácil tratar de pasar sin dios. aunque una sepa que no existe, es duro darle la espalda.
alice walker (el color púrpura)
una maravilla...
y ahora corto y cierro... que voy a ver si hago la caja, despejo un poquito la mesa y me pongo con los gastos, que aunque odio sentarlos, alguien tendrá que hacerlo, y creo que, de momento, soy la única que sabe hacerlo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario