sobre cold spring harbor...

martes y te escribo desde el despacho... en una de esas mañanas que se te van entre unas cosas y otras, en las que no paras y sin embargo, no haces nada...

así que aprovechando que parece que se ha producido uno de esos raros momentos de calma, abro el editor y tecleo, hoy para contarte que me estuve leyendo cold spring harbor de richard yates... 




todos los disgustos de la adolescencia ramplona de evan shepard quedaron compensados cuando en 1935, a los diecisiete años, se enamoró perdidamente de los automóviles. atrás quedaban, a no ser como malos recuerdos, sus aires de matón con los más débiles, su estilo grosero de ofender a las chicas, sus vergonzosos episodios como ladrón de poca monta. evan había encontrado el idilio perfecto en ponerse al volante y conducir rápido por casi todo long island, y no tardó en franquear el umbral de la intimidad con las piezas de todo vehículo que le caía en mano. desmontando meticulosamente un coche y volviéndolo a montar en el polvoriento camino particular de los shepard, evan pasaba días enteros perdido en su propio mundo.

richard yates (cold spring harbor)



y así empieza esta novela, en la que richard yates nos contará parte de la vida de evan shepard... una de esas vidas que podría haber sido excepcional pero que no lo fue... una de esas vidas "normales" que richard yates tan bien sabe contar...

y evan shepard conocerá a mary que "allí de pie, sola, mirándole, con los libros abrazados a la altura de los pechos porque así era como las demás chicas los llevaban, mary empezó a comprender que su vida ya no iba a ser la misma." y se casarán demasiado jovenes... y tendrán una hija, y se separarán y una visita a nueva york, y un coche averiado harán que evan conozca a la que será su segunda esposa y al gran personaje de la novela (en mi humilde opinión) que es la que será su futura suegra...

y evan se reencontrará con mary, o la buscará (qué más da...) y ya no te cuento más, que bastante te he contado ya...

si te copiaré otra cita, porque sé que te encantará... y es que dice richard yates en un momento dado de la novela que:




el cine era estupendo porque te sacaba de ti mismo y, al mismo tiempo, te daba una sensación de plenitud. las cosas del mundo tal vez sirvieran para recordarte a cada momento que estabas atascado, que tu vida era peligrosamente incompleta, que el horror nunca estaría demasiado lejos de apoderarse de tu corazón; pero todas estas percepciones se desvanecían prácticamente siempre -aunque sólo fuera un rato- en la fresca y agradablemente perfumada oscuridad de cualquier sala de cine, en cualquier parte. 

richard yates (cold spring harbor)


una maravilla volver a leer a richard yates...

y ahora corto y cierro, que parece que este raro momento de calma se ha terminado y tengo que facturar noséqué y contestar a un par de e-mails... 


No hay comentarios:

Publicar un comentario