sobre los parentescos...

jueves y te escribo desde el despacho... y como la mañana está siendo algo caótica (no paran de interrumpirme para que envíe presupuestos, cree pdfs, escanee albaranes, y todo esto con el teléfono casi sin parar de sonar de fondo...) aprovecho este momento de aparente calma, para abrir el editor y teclear una mañana mas...

así que hoy te contaré que me estuve leyendo los parentescos de carmen martín gaite; libro que si bien es cierto que compré sin saber que estaba inacabado, y que me estuve pensando unos días si me lo leía o no me lo leía, al enterarme de que no tenía final (por aquello de que quedarme a medias la verdad es que no lo puedo soportar...), y que empecé a leer para decidir que hacía, y me enganchó, claro... y el final fue traumático... la verdad es que ha sido un placer leerlo... es una maravilla, librus interruptus incluído.



cuando mis padres se casaron, yo tenía ocho años para nueve. ya pensaba mucho, pero hablar casi nada, porque me llevaba demasiado tiempo estar atento a entender. me había especializado en espiar la cara de la gente según habla, porque si no, no pillas nada, aunque hay que hacerlo sin que se note. la asignatura más difícil eran los parentescos.

carmen martín gaite (los parentescos)


y así empieza la martín gaite a contarnos esta historia; y el que habla es baltita (baltasar) que irá hablándonos de su familia y de esos parentescos que tan complicados se le hacen cuando es pequeño... y es que baltita vive en segovia con su madre y sus hermanos; y su padre, que sólo es padre de él, ya que sus hermanos tienen otro padre, no vive allí siempre... y en el piso de arriba viven los abuelos de sus hermanos, que no son sus abuelos, y su abuela, que sí que es su abuela, no quiere conocerle... así que es normal que baltita se líe con los parentescos...

y además está fuencisla, que no es familia, pero como si lo fuera... cuya historia sí tiene un final, aunque quizás hubieramos preferido no conocerlo...

que me ha encantado, como ya te he dicho... aunque eso de que se corte así sin mas, duele... tanto, que yo que no suelo leerme los prólogos me leí el de belén copegui, por si aclaraba el final... y aunque no lo aclara, he de decir que me encantó el prólogo que ella misma dice que habría que leer al terminar la novela...

corto y cierro...

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