martes y te escribo desde el despacho... con una migraña que empezó ayer
por la mañana y que aún me acompaña, y empezando a necesitar otro café,
porque el primero, empiezo a pensar que ya no me hace efecto...
martes y hoy te contaré que me leí hace unos días otro par de años de
los diarios de virginia woolf... que ya sabes que me los compré en
distintas ediciones de distintas editoriales, así que como me había
leído los diarios del veinticinco al treinta, y después, del quince al
veintiuno, pues decidí leerme el hueco que me quedaba (del veintidós al
veinticuatro) aunque fuera en dos libros distintos, y dejarme los
últimos años para dentro de un par de meses... que ya sabes lo maniática
que soy (aunque ahora mismo me esté saltando una de mis mayores
manías... pero eso es otro tema, y ya te lo contaré si eso la semana que
viene, cuando toque...)
en fin, que me he vuelto a sumergir en los diarios de la woolf, justo en
el momento en que está escribiendo uno de mis libros más favoritos
entre los favoritos... y dice la woolf el sábado catorce de octubre de
mil novecientos veintidós...
la señora dalloway ha adquirido dimensiones de novela; he bosquejado un estudio sobre la locura y el suicidio; el mundo visto por el loco y por el cuerdo, uno junto al otro. o algo por el estilo.
virginia woolf (diarios)
y también cuenta momento mágicos, al menos vistos desde fuera, como en
esta anotación del viernes veintitrés de junio del mismo año...
eliot vino a cenar el domingo pasado y nos leyó su poema. lo cantó, salmodió y ritmó. posee gran belleza y fuerza lingüística, simetría y tensión. no estoy tan segura de la ligazón entre las distintas partes. pero leyó hasta que tuvo que irse de prisa y la discusión quedó interrumpida. nos dejó, sin embargo, bajo los efectos de una intensa emoción. the waste land, así se llama
virginia woolf (diarios)
y antes de cortar y cerrar (porque me tengo que ir a desayunar, que hoy
hay turnos) déjame que te copie una nota del miércoles veintiséis de
julio, que me gustó mucho...
no tengo ninguna duda de que por fin empiezo (a los cuarenta años) a expresarme con mi propia voz; y esto me interesa tanto que creo que podré seguir adelante sin necesidad de elogios.
virginia woolf (diarios)
a ver si en tres años, puedo decir algo así...
que me han encantado estos diarios... y que la woolf cada vez me gusta más, aunque parezca imposible...
corto y cierro...
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