sobre el devorador de calabazas de penelope mortimer...

martes y te escribo desde la caja...

martes y aunque creo que ya tengo sentadas todas las facturas del año pasado, hemos decidido esperar un par de días por si aparece alguna factura desaparecida con la que no hayamos contado para enviarle el resumen del iva al señor gestor y que él haga lo que corresponda (que si te soy sincera no sé exactamente que es...), así que la verdad es que estoy más relajada, y más tranquila...

(aunque sigo con esa sensación de miedo que inevitablemente provocan las cosas que se hacen por primera vez...)

y es martes y como estoy en caja y he hecho lo que pretendía hacer, abro el editor y tecleo... tiro del hilo de mis lecturas y sigo con mis lecturas navideñas, y hoy con el libro que me regalaste por navidad: el devorador de calabazas de penelope mortimer... y antes de empezar admitiré que no tenía noticias ni del libro ni de la autora, pero al leer en la contraportada que mi muy querida y admirada edna o’brien decía de este libro: «impactante... todas y cada una de las mujeres que conozco deberían leer este libro al menos una vez en la vida.», supe que iba a gustarme...



-bien -dije-, lo intentaré. Intentaré sinceramente ser sincera con usted, aunque supongo que lo que más le interesa es cuando no soy sincera, no sé si me entiende.

penelope mortimer (el devorador de calabazas)


y así empieza penelope mortimer a contarnos esta historia... su historia... en la consulta de un psiquiatra, intentando entender porque su vida se está cayendo a pedazos, cuando aparentemente las cosas le van mejor que bien...

una historia íntima, dolorosa y complicada, de la que me es muy difícil hablar porque no quiero contar demasiado, porque merece la pena leerla sin saber nada... y me da la sensación de que cualquier cosa que te cuente, desvelaría detalles que es mejor conocer leyéndola... no sé si me estoy explicando bien...

lo que más me ha gusta de esta impactante (cito a la o’brien) historia?... pues además de la historia en sí misma, sin ninguna duda la manera que tiene la autora de poner en palabras ciertas cosas... sobre todo las sensaciones... 

sensaciones como el miedo: "era como si me hubiera quedado petrificada en el momento de caer: el corazón detenido a medio brinco, la sangre desbocada, los músculos rígidos, la garganta seca por la súbita entrada de aire. me parecía que tenía miedo, pero no estaba segura."

la pena, esa pena inexplicable que a veces nos invade sin que sepamos exactamente porque... "pero cuando desperté las lágrimas seguían manando, una especie de hemorragia de dolor. ahora, exhausta, me pregunté si estaría enloqueciendo. era así como empezaba, con esa terrible sensación de luto, como si todos a mi alrededor hubiesen muerto?"

la tranquilidad que roza la felicidad... "el miedo ha menguado, el fuego es cálido, el amor es fácil. alguien me explica las cosas, me comprende. ahora descanso. me creeré cualquier cosa."

y esas contradicciones que todos llevamos dentro... "si entras en una cámara de tortura y pides que te torturen, no tiene sentido quejarse luego del dolor."

una impactante (es que esta palabra define muy bien la novela) maravilla... así que gracias...

y antes de cortar y cerrar te voy a copiar el final... 

  


he intentado ser sincera con vosotros, aunque supongo que os habrá interesado más que no lo fuese. algunas de estas cosas que os he contado han pasado y otras fueron solo sueños. aunque todas son verdaderas, según lo que entiendo yo por verdad. todas son reales, según lo que entiendo yo por realidad.   

penelope mortimer (el devorador de calabazas)


y ahora corto y cierro... que voy a revisar el correo...

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