sobre el miércoles y un poema de hölderlin...

miércoles (aunque parezca increible, porque yo juraría que llevo semana y media trabajando, pero al parecer solo han pasado dos días desde la vuelta a la realidad...) y te escribo desde el despacho, con la caja por hacer y el correo abierto, impreso y entregado...

miércoles y tengo tanto sueño que empiezo a pensar que el café empieza a perder sus poderes, porque yo ya llevo dos, y se me siguen cerrando los ojos... y echo de menos eso de despertarme sin el sonido del despertador, y poder ir de la cama al sofá en pijama, y poder leer por la mañana (echo de menos leer por la mañana) y las siestas (sobretodo echo de menos las siestas...)

miércoles y la realidad se impone... tengo que hacer la caja, y volver a revisar el correo y retomar los bancos donde los dejé ayer (creo que allá por el mes de julio...) y contestar al teléfono... pero antes de cortar y cerrar te contaré que justo antes de las vacaciones, cuando terminé el libro de galdós, saqué del armario una antología de hölderlin (que en mi mente sigue ligado a aquella cafetería que había justo enfrente de la librería de las escaleras mecánicas, donde me dirigí una tarde de hace ya muchos años, con un botín de libros comprados con las economías de aquel mes, entre los que se encontraba mi primer libro de hölderlin, y que leí allí mismo, no recuerdo si acompañado de un café con leche o de un té, cuando en las cafeterías de la vieja ciudad todavía se podía fumar, y yo me pasaba las tardes en las que me quitaban alguna clase, cosa bastante habitual en bellas artes, entre librerías y cafeterías, fumando, leyendo y escribiendo poesías y principios de relatos en aquellas libretas que solía llevar en el bolso...)

una antología de la visor (que ya sabes que me encanta) de la que me vas a permitir que te copie uno de los poemas...

antes y ahora

en juveniles días a la mañana sentía regocijo,

por la tarde lloraba, y ahora, cuando más viejo soy,

dudando empiezo el día, aunque no obstante,

apacible y sagrado es para mí su fin.

friedrich hölderlin

y ahora corto y cierro...