sobre vivir para contarla...

miércoles (hoy sí, pero es que esta semana los días parece que duren doble) y te escribo desde la caja... con la mesa llena de papeles, y esta migraña que definitivamente se ha encariñado conmigo, porque aquí sigue desde el domingo...


miércoles y yo venía a contarte que estuve leyendo vivir para contarla, esa autobiografía de gabriel garcía márquez que llevaba años por casa (es curioso como recordamos cuando compramos, o nos compraron, determinados libros, ya que éste recuerdo que me lo compró el jefe, cuando lo vi en el quiosco del barrio, una mañana de sábado, de hace más de diez años), esperando el momento... y que mejor momento que ahora, en el que tras su pérdida, una necesita refugiarse en sus letras...

y tras darle una y mil vueltas a cual de sus libros releer (porque tras el wasap en el que me contabas lo que había pasado, si algo tenía claro era que acabaría releyendo a garcía márquez...) acabé buscando éste, que estaba en una de las estanterías de la que fue mi habitación en casa de mis padres, y me lo llevé a mi casa...



mi madre me pidió que la acompañara a vender la casa. había llegado a barranquilla esa mañana desde el pueblo distante donde vivía la familia y no tenía la menor idea de cómo encontrarme. preguntando por aquí y por allá entre los conocidos, le indicaron que me buscara en la librería mundo o en los cafés vecinos, donde iba dos veces al día a conversar con mis amigos escritores.

gabriel garcía márquez (vivir para contarla)


y así es como garcía márquez da comienzo a esta historia, y es que ese viaje con su madre será el inicio, de alguna manera, de muchas cosas...

y gracias a este libro me he enterado de muchas cosas... de donde surgió la hojarasca; o de dónde salió el nombre de macondo; o de porque los buendía acabaron teniendo ese apellido; de un titular que dio pie años después a una historia de amor y otros demonios; o de donde salío ese amor en los tiempos del cólera; o qué inspiró la mala hora; o de donde salió el relato de un naúfrago; o la historia que había detrás de aquella crónica de una muerte anunciada... entre otras cosas...

y si bien es cierto que me ha gustado enterarme de detalles de esos libros que leí de jovencita, de este hombre que desde que leí su crónica de una muerte anunciada (una de aquellas lecturas optativas de la clase de literatura), la verdad es que me enganchó a sus letras y a su manera de contar historias... la verdad es que lo que más me ha gustado de este libro de memorias, ha sido ir conociendo sus lecturas (su fascinación por faulkner, su relectura del ulises y del quijote; como leyó a la woolf, y a algunos clásicos...)

(tanto, que tengo aquí encima de mi mesa del despacho (es que me he trasladado a mitad post, de la caja al despacho), luz de agosto... libro que me nombró tantas veces garcía márquez, que al final tuve que buscarlo...)

que me encantó... claro...

(y como sé que tú también pensaste en el hielo, te dejo otra cita del libro, que me recordó inevitablemente ese principio inolvidable de sus cien años de soledad...)



a cualquier hora del día el abuelo me llevaba de compras al comisariado suculento de la compañía bananera. allí conocí los pargos, y por primera vez puse la mano sobre el hielo y me estremeció el descubrimiento de que era frío.

gabriel garcía márquez (vivir para contarla)


y ahora corto y cierro... que llevo tantas interrupciones en este post que la verdad es que no sé si al darle a publicar lo escrito tendrá sentido... pero como ya sabes que no releo: cierro los ojos y le doy a publicar... que como me interrumpan una vez más, igual me da un cruce, y no es plan...

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