la gente de haverford sigue hablando de lucy gayheart. a decir verdad,
tampoco es que se hable mucho de ella, porque la vida sigue y nosotros
vivimos en el presente. pero, cuando alguien la nombra, lo hace con un
brillo dulce en el rostro o en la voz, con una mirada confidencial que
dice: "sí, tú también lo recuerdas?". la recuerdan como una muchacha
delgada y siempre en movimiento: bailando, patinando o andando a paso
ligero, con enérgica deliberación, como un pájaro que vuelve a casa.
willa cather (lucy gayheart)
así empieza willa cather a contarnos la historia de lucy gayheart...
una maravillosa novela... la historia de una jovencita de haverford,
que estudia piano en chicago, y que se enamorará, claro... y descubrirá
que el amor "era mucho más que
eso. era un descubrimiento sobre la vida, una revelación del amor como
una fuerza trágica; no como un estado de ánimo enternecedor, sino como
una pasión que ahoga igual que las aguas negras"... y ya sabemos que hay que tener cuidado con las aguas negras...
un amor que empieza antes de empezar... como de lejos... y que continúa
casi por casualidad... lucy es pianista y un tenor necesita alguien con
quien practicar mientras su pianista habitual se recupera de una
operación...
y es que, como dice la cather en un momento dado: "a algunas
personas les afecta lo que sucede con su vida o con sus propiedades,
mientras que para otras es el destino lo que se cruza en sus
sentimientos y en sus pensamientos... el destino y nada más"... y lucy es de las segundas... de las que se dejan llevar...
y entonces sucede una desgracia y las promesas de futuro se rompen sin
remedio... y lucy vuelve a haverfort, pero ya no es la misma jovencita
alegre y despreocupada... y hasta aquí puedo leer sin desvelar nada...
sí te diré que si bien es cierto que las dos primeras partes de la
novela me encantaron (en las que la cather nos cuenta la triste historia
de lucy gayheart...), la tercera parte (que bien podría ser un
épilogo), que ya nada tiene que ver con lucy, sino con como la vida
sigue y con los remordimientos, me pareció espectacular...
una novela preciosa...
su felicidad se había escapado. la había perdido como se pierde a veces una melodía cautivadora al evocar su espíritu o el tipo de alegría que nos deparó, aunque sin ser capaces de recordar su música con exactitud.
willa cather (lucy gayheart)
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