miércoles y te escribo desde el despacho...
ayer no pude venir porque el día fue tan complicado que no tuve ni
tiempo de abrir el editor... claro que teniendo en cuenta que era
primero de mes, no es extraño... solo que ayer el día fue especialmente
caótico, denso y largo...
así que llegado un momento decidí dejar para hoy lo que no pudiera hacer
ayer, y este post que te debía no llegué a esbozarlo...
y es que te debía este post sobre la colección de relatos de jean
stafford (a la que no conocía hasta que me cambiaste este libro por dos
medardos frailes) titulada los niños se aburren los domingos, y que me ha encantado... claro...
relatos como la vida no es un abismo,
o de como la pobre lily tuvo que pasar la tarde del sábado con la prima
isobel, a la que aunque nadie entiende, todos parecen querer; una conversación educada, o de como margaret heath descubrió que ella y su marido habían caído en una trampa; una historia de amor en el campo, o de como may (por culpa de un trineo) empezó a serle infiel a su marido sin serlo; el corazón sangrante, o de como rose frabrizio descubrió lo horrible que podía ser que un deseo se cumpliese, aunque no exactamente; el castillo interior, o lo que sostenía a la pobre pansy vanneman, durante la tortura que soportó después de su accidente; la merienda de las heroicas señoras, o lo que escucha kitty desde su cuarto sobre la suerte que tenía por pasarse el verano trabajando; un día en la montaña, o la pérdida de la inocencia de judy por culpa de un desgraciado paseo en barca; en el zoo,
o de como daisy y su hermana, recuerdan su infancia y sin darse cuenta
usan las mismas palabras que usaba su malvada madrastra; policías y ladrones, o de como la pequeña hannah descubrió porque le habían cortado sus preciosos cabellos; los niños se aburren los domingos, o de como emma después de evitar saludar a un conocido, descubre que es con él con quien quiere acabar el domingo; la historia de beatrice trueblood, o de como una sordera en vez de impedir un desastre, solo lo aplazó un poco, cambiando los nombres; un juego de niños, o de como abby reynolds descubrió el juego y que algunas cosas no podían resultar; y la invasión de los poetas, o de como cora descubrió lo que le iba a doler que se le realizase un sueño...
una ma-ra-vi-lla... así que gracias por la parte que te toca...
y antes de cortar y cerrar te voy a copiar una cita que me hizo
sonreir... porque yo nunca digo ciertas cosas, precisamente por ese
miedo (algo supersticioso) de que las cosas que decimos acaben por pasar
(y teniendo en cuenta mi tendencia a la migraña, entenderás que sea una
cosa con la que no me atrevo a jugar...)
no hay consejo mas sensato ni, me atrevería a decir, más difícil de seguir que éste: ten cuidado con lo que deseas, desconfía del contenido de tus fantasías y tus mentiras. si a última hora llamo a la persona que me ha invitado a una fiesta para decirle que no podré ir porque tengo jaqueca, mi cuerpo es tan ignorante y obediente que una hora más tarde sentiré una intensa punzada de dolor dentro de la cabeza, y para cuando termine la fiesta y todos los invitados estén en sus casas y se hayan metido en la cama, mi rostro estará demacrado por el sufrimiento y yo, condenada a padecer durante veinte horas una migraña atroz y paralizadora.
jean stafford (la invasión de poetas)
uno de los relatos de los niños se aburren los domingos
y ahora corto y cierro... que el miércoles está siendo casi tan caótico
como el martes y tengo mil cosas que hacer antes de que llegue el
viernes...
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