miércoles (aunque yo aún no tengo claro si es como un viernes sin
sábado, o como un sábado muy largo en el que toca trabajar por la
tarde...) y el caso es que son más de las once y media, y entre unas
cosas y otras, yo apenas he hecho nada útil...
miércoles (que también podría parecer martes, que de hecho es la fecha
que he escrito ya tres veces por error al mirar el calendario) y además
de todas las cosas que pensaba hacer ayer por la tarde, y que una serie
de imprevistos me impidió hacer (es nuestra nueva manera de trabajar: tú
te programas la tarde, pretendes hacer unas cuantas cosas, pero van
surgiendo otras, siempre urgentes, siempre complicadas, y al final se te
va la tarde solucionando problemas, subsanando errores, y de lo que se
suponía que tenías que hacer, no has hecho nada), hoy hay que facturar,
hay que empezar a cuadrar cosas, y a mí la verdad es que no me salen las
cuentas ni haciendo horas extra...
miércoles y hoy te contaré que estuve leyendo sobre la violencia de
hannah arendt, filosofa alemana de origen judío, nacionalizada
estadounidense, a la que llevaba tiempo queriendo leer, y de la que
encargué este ensayo...
estas reflexiones han sido provocadas por los acontecimientos y debates de los últimos años, vistos en la perspectiva del siglo xx que ha resultado ser, como lenin predijo, un siglo de guerras y revoluciones y, por consiguiente, un siglo de esa violencia a la que corrientemente se considera su denominador común.
hannah arendt (sobre la violencia)
y así es como hannah arendt comienza este ensayo escrito a principios de
los años setenta, en plena guerra fría y con las protestas
estudiantiles y sociales en pleno auge...
y dice en un momento dado que lo que hay que hacer es:
arrancar la máscara de la hipocresía del rostro del enemigo, para desenmascararle a él y a las tortuosas maquinaciones y manipulaciones que le permiten dominar sin emplear medios violentos, es decir, provocar la acción, incluso a riesgo del aniquilamiento, para que pueda surgir la verdad.
hannah arendt (sobre la violencia)
y leyéndolo pensé que quizás nos sirva para estos tiempos, aquello que
según la arendt debía de servir para las revueltas estudiantiles y
sociales de los años setenta... pero, cómo arrancarles esa máscara de
hipocresía? cómo desenmascararles a ellos y a sus tortuosas
maquinaciones y manipulaciones con las que nos dominan sin necesidad de
medios violentos? cómo provocar esa acción de la que la filósofa habla,
para que surja la verdad obviando ese riesgo al aniquilamiento?...
y te voy a dar otra respuesta que me recordó a algo que me has contado muchas veces... y es que dice la arendt que:
el mayor enemigo de la autoridad es, por eso, el desprecio, y el más seguro medio de minarla es la risa.
hannah arendt (sobre la violencia)
así que tendremos que reírnos, pero no por no llorar... sino por
intentar, mediante la risa y el desprecio, ir minando esa autoridad, que
por mucha mayoría absoluta que tuvieran hace dos años, tendrá que
entender en algún momento que no se puede gobernar a golpe de decreto,
porque la violencia podría estallar, a mayor escala de la que ya lo ha
hecho...
y ahora corto y cierro...
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