viernes y te escribo desde el despacho...
sin nada que decir... nada que contarte...
sólo que sigo sin poder respirar bien del todo... sólo que de vez en cuando me siguen dando ahogos...
así que aunque te iba a dejar aquí el poema que copié el domingo por la
mañana para mi pequeño palacio de vocabulario... un poema de la
antología poesía no eres tú de
rosario castellanos, que merecería que hablase de ella, pero que como
hoy no tengo palabras, no sé que decir... he decidido, en vez de
copiarte ese poema, copiarte otro de la misma antología... un himno, que me parece que me viene bien recordar hoy...
himno
después de todo, amigos,
esta vida no puede llamarse desdichada.
en lo que a mí concierne, por ejemplo,
recibí en proporción justa, en la hora exacta
y en el lugar preciso y por la mano
que debe dar, las dadivas.
así tuve los muertos en la tumba,
el amor en la entraña,
el trabajo en las manos y lo demás, los otros,
a prudente distancia
para charlar con ellos, como vecina afable
acomodada en la barda.
y recreos. domingos enteros en la playa,
arboledas anónimas y amigas,
manantiales ocultos que cantaban,
libros que se me abrieron de par en par y bóvedas
maravillosamente despobladas.
dioses a quienes venerar, demonios
tan hermosos que herían la mirada,
sueños para dormir asido al cuerpo ajeno
como hiedra de tactos y palabras
... y algún relámpago de medianoche
para alumbrar el orden de mi casa.
rosario castellanos
corto y cierro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario