martes y te escribo desde el despacho... con la caja por hacer y la
cabeza en otro lado... el correo abierto, impreso y en la impresora
esperando que me decida a levantarme y entregárselo a quien
corresponda... y este frío que se me ha colado dentro durante este fin
de semana y que no se me va... y esta tristeza que hace que de vez en
cuando me ahogue y casi no pueda respirar...
martes y por aquí intentamos volver a la normalidad que el fin de semana
volvió del revés... y como intento volver a la normalidad, intento
teclear en este momento de aparente calma (el jefe ha salido a atender a
un cliente y en cuanto vuelva tengo que hacer un par de busquedas en la
web de uno de nuestros proveedores) a ver si a fuerza de rutinas vuelvo
a respirar bien, y se me va esta opresión en el pecho con la que no sé
qué hacer...
martes y te contaría que estuve leyendo un libro de poemas japoneses de
amy lowell, pero no sé como hacerlo... encontré el libro casi por
casualidad, buscando por enésima vez algo mas de ella, pero sin
esperanza... y encontré este libro de poemas, al que el único pero que
le podría poner es que se me hizo muy corto...
y te dejo uno de los poemas que copie anoche (en otro intento de volver a esa normalidad perdida), uno de los poemas japoneses de amy lowell...
por mensajero
una noche
cuando había luna clara
me senté
a escribir un poema
sobre los arces.
pero el destello de luz de luna
sobre la tinta
me cegó
y solo pude escribir
lo que recordaba.
en los pliegues del poema
escribí tu nombre.
amy lowell (poemas japoneses)
y ahora corto y cierro... que aunque ya sé que no voy a hacer nada útil
en esta mañana extraña, al menos tendré que disimular, y hacer como que
trabajo...
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