martes y te escribo desde el despacho... con la caja por hacer (pero
porque no tengo todavía las facturas en mi poder), el correo abierto e
impreso (pero esperando en la impresora a que me decida a levantarme
para darselo a quien corresponda) y tanto sueño, que si no fuera porque
el jefe hoy no está, y yo estoy de jefecilla en funciones, la verdad es
que habría alegado migraña (que la tengo, y de las malas) y me habría
quedado una horita más en la cama...
martes y sigo siendo algo parecido al péndulo de foucault, ya que a
ratos estoy resignada y a ratos me ahogo buscando soluciones que sé que
no voy a encontrar...
martes y yo hoy venía a seguir hablándote de ese libro que me estoy leyendo poco a poco: fin de siècle: relatos de mujeres escritos en lengua inglesa(traducidos al castellano, claro), y que me está encantado...
así que hoy te hablaré de alice dunbar nelson (1875-1935) y de su relato odalie...
que cuenta la historia de un corazón triste en mardi grass, y del daño
que pueden hacer las miradas cuando una jovencita no sabe que a veces no
tienen porque significar nada...
pero los viejos compadres de allá, del barrio francés, que todo lo saben y que pueden relatar más de una historia, hablan de un corazón triste un mardi grass de hace años. era una mujer, desde luego, pues, como dice un viejo proverbio, "il est toujours les femmes qui sont malheureuses"*, y puede que sea cierto.
*siempre son las mujeres las que están tristes.
alice dunbar nelson (odalie)
y también del relato de mrs. murray hickson (1859-1922), de soltera mabel greenhow kitcat, titulado martha... la historia que nos cuenta una de las inquilinas de una casa de huéspedes sobre martha, la joven criada de la casa...
desde el primer día que vino a underwood terrace, martha despertó mi interés. recuerdo que llegó un día gris de noviembre. la vi pasar calle abajo, mirando atenta, con ojos de miope, la numeración de las casas.
mabel murray hickson (martha)
y por último, de momento, hablarte del relato de ada (beddington) leverson (1862-1933), en busca de la infelicidad,
relato en el que un narrador masculino, descubre que a su edad, no ha
sufrido, y decide ser desgraciado... cómo? pues enamorándose de la
prometida de su mejor amigo, ya que todos sabemos que pocas cosas hacen
sufrir tanto como un amor que además de imposible, no es
correspondido... claro que las cosas no siempre salen como una espera, y
buscar la infelidad no es fácil, aunque pueda parecer lo contrario...
resulta bastante extraño, en un hombre de mi temperamento, que no descubriera el vacío que había en mi vida hasta que no tuve dieciocho años. fue entonces cuando me di cuenta de que me había perdido una experiencia bella y maravillosa.
no había conocido nunca la aflicción. la tristeza me había pasado de largo y nunca me había visto afectado por el dolor. apenas si podía imaginarme la sensación de ser infeliz.
ada leverson (en busca de la infelicidad)
una maravilla... los tres... ya te seguiré contando de este fin de siglo que me tiene encantada...
y ahora corto y cierro, que mira la hora que es y por aquí aún no hemos
desayunado... y como anoche apenas cené (es que tenía un nudo en el
estómago y la verdad es que no me apetecía levantarme del sofá y dejar a
proust solo) la verdad es que necesito un café con leche...
No hay comentarios:
Publicar un comentario