jueves y te escribo desde el despacho... con la caja por hacer, el
correo abierto, impreso y esperando en la impresora que lo entregue a
quien corresponda...
jueves y yo sigo sin saber bien que decir...
tal vez que estuve leyendo la vista desde castle rock de alice munro y que me encantó...
hace unos diez o doce años, empecé a sentir un interés no meramente fortuito por la historia de una rama de mi familia, la laidlaw. era mucha la información en torno a ellos; en realidad, no era normal que hubiera tanta, teniendo en cuenta que no fueron personas destacadas ni prósperas, y que vivieron en el valle de ettrick, descrito como una región sin ventajas por el registro rscocés de estadística.
alice munro (en el prólogo de la vista desde castle rock)
y así es como empieza este libro de relatos, donde los protagonistas son
los miembros de su familia (e incluso ella misma), desde el valle de
ettrick, con historias de brujas incluidas, pasando por edimburgo, donde
desde castle rock se supone que se ve américa, que es donde se traslada
la familia, con viaje en barco que incluye un niño perdido, y otro bebé
que se pierde ya en estados unidos... historias alrededor del lago
hurón, donde tres primos construyen una cabaña que casi arde la primera
noche, y donde años más tarde tendrá lugar una rebelión sin precedentes
dentro de una familia de lo más extraña; y la historia de sus padres, e
incluso su propia historia en los relatos finales...
pero relatos al fin y al cabo, ya que la propia munro nos confiesa que
si bien sus relatos parten de hechos ciertos, es ella la que inventa lo
que nos cuenta...
una maravilla... claro...
y antes de cortar y cerrar, me vas a permitir que te copie una cita que me hizo sonreir sin darme cuenta...
bajé al salón, donde me senté en un taburete bajo, delante de la estantería, y saqué mi libro. me quedé allí sentada, con los ojos entornados y la mirada fija en la letra impresa a la tenue luz que todavía entraba por la ventana junto a mí, hasta que tuve que levantarme y encender la lámpara. ni siquiera entonces me senté en un sillón para estar cómoda, sino que continué encorvada en el taburete, llenándome la mente de una frase tras otra, metiéndomelas en la cabeza para no tener que pensar en lo sucedido.
alice munro (bajo el manzano, uno de los relatos de la vista desde castle rock)
corto y cierro... que digo yo que algo tendré que ir haciendo...
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