salomé

anoche hubo ópera...



javi (mi mejor amigo) me llamó ayer a las dos del mediodía... que si me venía bien ir a la ópera a las ocho... claro... (creo recordar que dije algo así como: si,si,si,si,si,si!!)



pero... la peluquería cierra los martes, y yo con estos pelos no puedo ir a la ópera... después de lavármelo, intentar secármelo, desesperarme ante el espejo, acabé recogiéndomelo... que remedio...



y me probé medio armario... miento, me probé el armario entero... pero tenía un mal día... ya sabes, esos días del mes en los que además de estar insoportable, nada te sienta bien... y acabé poniendome lo primero que me probé... vestidito negro y zapatos de tacón, que me han dejado unas rozaduras de recuerdo que ni te cuento...



y a la ópera... me gusta ese momento en que escuchas a la orquesta cuando aún no está tocando... ya sabes, ese ruido de orquesta que se está preparando... y cuando apagan las luces...



salomé... que se enamora de san juan bautista (jonakaan) pero él, que es un nombre santo, la rechaza... y ella que está enamorada perdida, le dice lo guapo que es, lo bonito que tiene el pelo, los ojos, los labios, el cuerpo... y él, que no, que no, que no... y la pobre salomé enamoradita de él... suplicandole un beso de su boca... y él... desagradecido perdido, maldiciendola, a la pobre salomé que solo pide un besito...



así que salomé se siente dolida (eso y que el pobre criado que está enamoradísimo de ella se suicida delante de ellos porque eso de ver a salomé suplicando lo mata de dolor, y quieras que no eso afecta) y cuando herodes, que es el marido de su madre pero que la mira a ella de forma lasciva, le pide que baile la danza de los siete velos y a cambio le dará todo lo que quiera accede y pide la cabeza de juan bautista en una bandeja de plata...



y ahí hay un tira y afloja... un que si, que no, que si, que no... hasta que al final a herodes no le queda otra que acceder, y a salomé le traen la cabeza de juan el bautista...



entonces ella, que bien de la cabeza no está ya... besa los labios que no pudo besar en vida... pobre... en una escena alucinante... que hace que se te ponga la piel de gallina... y al final, herodes, horrorizado manda que la maten también a ella...



telón... y la sensación de no poder dejar de aplaudir... porque fue maravilloso escuchar la voz de salomé en la obra de strauss...

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