ayer, después de varias semanas, pasé la tarde en blanco y negro... de la mano de wilder... el siempre maravilloso wilder... y su ariane o love in the afernoon que es el título original...
no la conocía... y eso que adoro a wilder y adoro a audrey, que por cierto está preciosa en la película...
gary cooper y esa banda de gitanos que tocan fascination para que las mujeres bajen la guardia bailando... audrey hepburn que se inventa una lista alucinante de amantes para provocar los celos de un hombre que no cree en el amor... que dice que debería durar poco para ahorrarse así los dramas y las lágrimas... una audrey que encuentra el romanticismo en todas partes y que es capaz de fingir lo que no es para ver si así y él se enamora de ella... hasta el final... andando al lado de ese tren, hablando del banquero de suiza, del conde y de que estará bien... y maurice chevalier, maravilloso detective privado que recoge el violoncelo y va a la estación... porque para mí que se imagina lo que va a pasar...
maravillosa la escena en la que ella busca uno de sus zapatos y él lo tiene en el bolsillo de la chaqueta... maravillosa la lista imaginaria de amantes que graba en el magnetófono...
una tarde maravillosa...
maravillosa historia de amor... maravilloso ese final de estación de tren y tren en marcha... maravilloso cuando él por fin dice su nombre...
menos mal que el cine nos regala maravillosas historias y finales felices con los que sonreir y suspirar...
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