galopando
bajo ramas mojadas
en invierno.
odas
de todos
los colores y tamaños,
seráficas, azules
o violentas,
para comer,
para bailar,
para seguir las huellas en la arena,
para ser y no ser.
pablo neruda
con estos versos empieza pablo neruda el tercer libro de las odas... en el que sigue maravillándome al ser capaz de hacer odas para casi cualquier cosa... en el tercer libro de las odas hay odas a la abeja, a las algas del océano, al alhelí, a la bicicleta, al buque en la botella, al camino, a la caja de té, a la casa abandonada, a un cine de pueblo, a la ciruela, al color verde, a la cuchara, al primer día del año, a una estrella, al limón, a la luz marina, al maiz, a la manzana, a la mariposa, a la naranja, a las nubes, a un ramo de violetas, a la sal, al viaje venturoso...
como él mismo dice: hay odas de todos los colores y tamaños... y como ya he dicho, me fascina su capacidad para hacer poesía con cualquier cosa... porque no es el arte del poeta de juntar versos, de ordenar palabras... es su mirada... la mirada de neruda, que es capaz de encontrar poesía en todo lo que mira...
dejo el final de odas de todo el mundo, el primer poema del libro...
tiempo
para
mirar
piedras sombrías
o recoger
aún
agua olvidada
y para darte
a ti
o a quien lo quiera
la primavera larga de mi lira
así pues,
en tus manos
deposito
este atado
de flores y herraduras
y adiós,
hasta más tarde:
hasta más pronto:
hasta que todo
sea
y sea canto.
pablo neruda
buscaré ese tiempo para mirar piedras sombrías... para ver si soy capaz de encontrar la poesía que llevan dentro... y me guardo este atado de flores y herraduras en forma de versos copiados en la agenda, en la moleskine... en la libreta de las poesías... esperando ese momento en que todo sea y sea canto...
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