busca con los ojos la redoma de cristal para humedecer su reseco paladar. abre
los postigos. se apoya en el alfeizar de la ventana. contempla la luna que
derrama, en su pecho, un cono de rayos estáticos en el que palpitan, como
falenas, átomos de plata de inefable dulzura. espera que el crepúsculo matutino
aporte, cambiando el decorado, un irrisorio alivio a su trastornado corazón.
es el fin del canto quinto de los cantos de maldoror de lautreamont...
admito que me costó pillarle el ritmo a la lectura... prosa poética demasiado poética? puede ser... lautreamont crea un personaje empeñado en contarnos sus maldades... pero con un lirismo abrumador...
admito que en un par de capítulos llegué a marearme mientras leía... la descripción de ciertas atrocidades no puede dejarte indiferente, por muchas atrocidades que veas al cabo del día mires donde mires (sé que no es mires donde mires... pero hay días en que tengo esa sensación...)
he buscado este fragmento porque he tenido una noche llena de malos sueños que no sabía como espantar... una mala noche de migraña y pesadillas... y me he descubierto a mi misma esperando que amaneciera de una vez... quien no ha esperado alguna vez que el crepúsculo matutino aporte, cambiando el decorado, un irrisorio alivio a su trastornado corazón?
porque sé que pueden parecer tonterías de niños, pero llega un momento de la noche en blanco en la que lo único que parece que podrá consolarte, espantar los fantasmas y llevarse los ruidos de tu casa vacía y la soledad que conlleva la oscuridad será la luz del sol... ya que a mi hoy la luna no conseguía reconfortarme... como si el sol, solo con salir otro día mas, pudiera llevarse los miedos y los problemas... haciendolos desaparecer como desaparece la oscuridad, poco a poco...
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